jueves, 14 de agosto de 2008

TU FUTURO EN LIBERTAD.

TU FUTURO EN LIBERTAD.

El gobierno del Distrito Federal encabezado por Marcelo Ebrard, presentó y pretende imponer como libro de texto Tu Futuro en Libertad en las escuelas de la capital de la república.
Opiniones generalizadas dicen que el libro, independientemente de lo polémico de su contenido es excelente, y excepto los apologistas del jefe del Distrito Federal, muchos están en contra de los mensajes que tanto éste, como el secretario de educación pública capitalina incluyen el libro.
Esto ha ocasionado un enfrentamiento entre la Secretaría de Educación Pública, su titular, Josefina Vázquez Mota y Marcelo Ebrard. La primera y con mucha razón aclara, que los libros considerados como textos para todas las escuelas primarias y los niveles medios en el país, incluida la capital, son responsabilidad, deben ser proyectados, supervisados, elaborados y distribuidos por esta dependencia federal. Mientras que el jefe capitalino aduce que él tiene toda la autoridad para hacerlo dentro del territorio que gobierna.

Por otro lado, el presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia Guillermo Bustamante, en conferencia de prensa declaró que este libro no debería llegar a los jóvenes porque promueve el aborto. “Los padres de familia estamos indignados porque el gobierno del Distrito Federal se abroga para ser el papá de todos los niños en la ciudad de México y eso no es cierto. Este libro no respeta la dignidad de la persona humana, al contrario promueve la anticultura de la muerte”

Si por un lado Guillermo Bustamante reclama a Marcelo Ebrard el abrogarse ser padre de todos los niños en la capital mexicana, ¿por qué él se abroga ser el presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia? ¿Cuántos de los millones de padres de familia mexicanos votaron para que detentara ese cargo? Sobre todo para ejercerlo con ese mochismo persignado y retrogrado. ¿Acaso en la ínsula en que vive, no le permite percibir la riesgosa realidad que viven y por la que atraviesan millones de niños y adolescentes?
Coincido en que la mayor responsabilidad de educar a los hijos corresponde a los padres de familia, pero ¿cuántos de ellos aceptan y asumen esa responsabilidad, que por diferentes razones de ninguna manera justificable, evaden?
Los padres de familia por muy ignorantes que sean, han pasado por la experiencia sexual que dieron vida a sus hijos. ¿Quiénes con mayor autoridad que ellos, con pleno conocimiento de causa, para que con amor y respeto, eduquen a sus hijos en este controvertido tema?
Coincido también, en que la Secretaría de Educación Pública es la única responsable de la elaboración de los libros de texto para las primarias y niveles medios educativos. Pero, ¿cuándo esta secretaría y sus titulares han tenido un verdadero interés en elaborar los libros de texto acordes a la realidad que vivimos? ¿Cuándo se ha llevado a cabo una consulta nacional en la que participen los padres de familia para ello?

Yo me separé de la madre de mis hijos, cuando mi hija tenía siete años y mi hijo dos, y sin ningún problema con ella, me quedé con ellos.
Desde ese momento me propuse ser el mejor padre, porque no me podía permitir el lujo de equivocarme con ninguno de los dos; porque no tenía otra hija u otro hijo, para que si me equivocaba y les causaba algún daño, no cometer los mismos errores con los otros dos. Aunque soy muy mal hablado, siempre los traté con todo el respeto y el amor que era capaz de brindarles. Jamás los golpee ni física ni verbalmente.
Aunque considero que tarde, porque erróneamente era de la idea de que estaban muy chicos para entenderme, cuando me empezaron a cuestionar sobre diferentes temas, fue entonces que cuando no sabía las respuestas, les pedía un tiempo para buscarlas y darles las correctas.

Fue así que tuve la dicha de vivir su niñez, su pubertad y su adolescencia con ellos en un ambiente de cordialidad, de amor, de respeto y comunicación en ambas vías.
Poco antes de que mi hija iniciara sus periodos menstruales le dije: “Muñeca preciosa, estás a punto de pasar por cambios físicos que pueden asustarte porque serán nuevos para ti”. Le hablé de la menstruación en términos claros y respetuosos. “Esto que está por sucederte, es la muestra de que estás a punto de convertirte en mujer, no te alarmes, es muy común y natural en todas las mujeres” Le compré dos tipos de toallas sanitarias, y posteriormente sin preguntarle nada, revisaba el lugar donde las guardaba y si estaban por terminarse, le compraba de las que había escogido para su uso.
Con esfuerzos económicos la inscribí en un colegio de monjas para que estudiara la primaria y al término de esta (ya habíamos hablado del libre albedrío, ejercido con responsabilidad), decidió, porque sus amigas hacia lo habían hecho, ingresar a una secundaria federal. No obstante ello, le dije: “Muñeca, considero que el colegio es una buena opción para que estudies la secundaria, pero si así lo decides hazlo, pero si posteriormente no te siente bien en ella, siempre habrá tiempo para que regreses a el”
Poco después y en base a la comunicación que teníamos establecida, una tarde, mostrándome un cigarrillo de marihuana me dijo: “Mira padre lo que me dieron en la escuela”, alarmado, pero sin demostrarlo le pregunté: ¿quién y para qué te lo dio? “Un señor que vende dulces afuera de la secu. Me dijo que antes de estudiar me lo fumara y que todo se me iba a grabar mejor”
A mí, el solo oler el huno de la marihuana me revuelve el estómago, sin embargo le pedí el cigarrillo, lo encendí, le fumé y le eché el humo en su rostro, a lo que inmediato respondió: ¡Guácala padre, que feo huele eso!
Esto es marihuana mi amor y si tu verdaderamente te empeñas en estudiar, para nada necesitas esta porquería, le dije.
Esto me abrió los ojos y me avoqué a reunir muestras de toda la mugre que en ese tiempo se usaba para drogarse. Una vez hecho esto, me convertí en rata de biblioteca y así me enteré de sus nombres científicos y vulgares, sus efectos a priori y a posteriori y las pegué en un triplay de madera de 1.22x 1.22 metros y seguido les hablaba de las drogas y las consecuencias de consumirlas. Pudo haber vendedores de drogas a la puerta de nuestra casa, pero les aseguro que mis hijos pasaban de largo ignorándolos. Nunca hubo problemas de ese tipo entre nosotros.
Cuando cumplió sus quince años, aparte de un brindis que le escribí, al fin del festejo le entregué una caja de anticonceptivos (mi madre casi se desmaya por que lo hice y por lo que le dije: “Muñeca. Puedes pensar que el precioso vestido que te hizo tu abuelita, la fiesta, los regalos, el brindis que te escribí, es lo máximo que te ha ocurrido en esta preciosa fecha. Pero a pesar de que te quiero tanto, no puedo ser el cancerbero que cuide tu virginidad. Tu novio va a llegar hasta donde se lo permitas, y si no puedes evitarlo, esto evitará que tengas consecuencias para las que por razones de edad y otras, no estás preparada para afrontar” Por platicas con su esposo, me enteré, que contra todos los pronósticos por mi liberalismo, llegó virgen para él.

Mi hijo (QEPD), era de carácter nervioso y cuando tenía algún problema se tronaba los dedos o se comía las uñas. Una noche estaba preparando la cena. El estaba sentado a la mesa estudiando, cuando me percaté que seguido se tronaba los dedos. “Muñeco, creo que tratas de comerte un taco muy grande tu solo y no puedes con el, ¿por qué no me lo compartes? Le dije. No pasa nada padre, me respondió.
Ya estaba yo en mi recámara cuando tocando la puerta me preguntó si podía pasar. “Claro mi rey, mi puerta siempre está y estará abierta para ustedes” le dije.
Me platicó que en la mañana cuando se estaba bañando “al enjabonarse”, le salió un líquido claro y pegajoso, que estaba asustado.
“Mi muñeco precioso, estás iniciando con los cambios que te convertirán en todo un hombre” le respondí con alegría. Le dije que lo que le había pasado en la mañana había sido su primera eyaculación. Le hablé de la masturbación, que este era un acto privado y muy personal, que no tenía porque comentar con extraños sobre ella, mucho menos exhibirse. Que a partir de ese día cuando se masturbara limpiara los residuos, porque no aguantaba que su hermana los viera. Que él metiera a la lavadora sus truzas, sus calcetines, su toalla y sus sábanas. No hubo mayor problema.

Disculpen la presunción. Pero considero que cuando menos puse mi mejor empeño para ser un buen padre y creo que lo fui.

A los padres de familia, especialmente a los que tienen hijos pequeños, les invito para que intenten y logren pasar por la grata experiencia de educar a sus hijos y convivir con ellos, mejor que como lo hice yo.

Y si el libro Tu Futuro en Libertad, eliminados los mensajes politícoides, que tanto Marcelo Ebrard y su secretario de educación incluyeron en el llega a sus manos, o se enteran de que llegó a las de sus hijos, no se alarmen ni los regañen, léanlo y coméntenlo juntos, explíquenles los temas que no entiendan y en los que están de acuerdo o no, y verán que así establecerán o reforzarán la confianza y la comunicación que debe existir entre padres e hijos.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Agosto 14 del 2008. José Luís Elías García.

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