jueves, 21 de agosto de 2008

LA RENUNCIA DE JAVIER CORRAL.

LA RENUNCIA DE JAVIER CORRAL.

No deja de sorprender la metamorfosis que algunos políticos llevan a cabo en el transcurso de su carrera, que en su inicio parecieran ser íntegros, honestos, preocupados por la situación que viven y ofrecen cambiar en beneficio de la ciudadanía, si ésta les apoya e impulsa a llegar a puestos o cargos públicos, asegurando que en sus actuaciones siempre serán fieles y congruentes a, y con los principios doctrinarios de sus partidos.

Sin dejar de reconocer que Javier Corral Jurado desde muy temprana edad demostró tener capacidades como periodista y como orador, plataforma que lo impulsó para que llegara a los niveles políticos a los que ha llegado, que incluso le permitió contender por la candidatura al gobierno del estado de Chihuahua en el 2004. Me llama mucho la atención la metamorfosis política por la que ha pasado desde entonces.
Yo conocí a Javier Corral en el año de 1991. En ese año, cuando contendió para candidato como diputado federal, antes de llegar a una colonia aledaña a Torres del PRI, donde se llevaría a cabo el cierre de su campaña política, unos priístas que se sintieron agredidos porque invadimos su territorio nos lanzaron piedras. Una de ellas quebró el parabrisas de la camioneta que yo conducía. Por lo que me bajé de ella y me enfrenté a los rijosos, quienes me dijeron que ese era su territorio y que no teníamos porque entrar en el. Les respondí que ese, como todo Juárez era territorio nacional y a menos que entráramos a sus domicilios particulares sin su permiso, no tenían porque agredirnos.

A principio del año1992, Javier Corral me invitó (a una reunión en casa del ingeniero Adolfo Álvarez. Ahí se encontraba Francisco Villarreal Torres y otros panistas, de los viejos, de los que no recuerdo su nombre), para que colaborara en la campaña por la presidencia municipal de Villarreal Torres, quien contendía en contra de Ramón Galindo Noriega, quien la perdió.
En esa elección Javier llegó como diputado al Congreso del Estado de Chihuahua por la vía plurinominal. Era el dedo chiquito de Francisco Barrio Terrazas, a la sazón gobernador del estado, y asesor de Francisco Villarreal Torres.

Fue así que empezó a disfrutar las mieles del poder.

En el periodo 95-08, siendo presidente municipal Ramón Galindo (quien en su toma de poder, prometió ser “el más humilde de los presidentes”, Corral Jurado llega a presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, mientras que Héctor Mejía Gutiérrez, fue electo líder del comité municipal en Ciudad Juárez.

Ya como presidente municipal de Ciudad Juárez, Ramón Galindo, en lugar de cumplir su promesa de ser “el más humilde de los presidentes”, se convirtió en un soberbio autócrata irascible, que actuaba y tomaba decisiones disparatadas, pero tardaba más en hacerlo que en cambiar de parecer. Alguien le adjudicó el adjetivo de “Chivo en Cristalería”, No le importaba a quien y pobre de aquel o aquella que se le opusiera, porque lo o la atropellaba.

Las mejores regidoras que ha tenido el Ayuntamiento de Ciudad Juárez, Elsa Díaz y Olvido Espelosín, manifestaron su inconformidad por la forma en que manejaba “su presidencia”, y por esa razón, públicamente las denostó, diagnosticándoles que padecían de problemas hormonales y mentales. Le pidió a Javier Corral (entonces su amigo), que las expulsara del partido, ya que Héctor Mejía no aceptó esa expulsión.

Javier Corral, deshonrando la historia de Acción Nacional, irrespetando a la disidencia, e ignorando su deber de tratar a los parlamentarios (en este caso municipales) como pares y violando el principio fundamental de su partido “El respeto a la dignidad de la persona humana”, expulsó a Olvido Espelosín y a Elsa Díaz del PAN y por supuesto a Héctor Mejía, de la dirigencia del comité municipal panista.

Esa es la historia de respeto, de congruencia y honestidad para con su partido de Javier Corral Jurado, quien al exponer las razones por las que renunció al Comité Ejecutivo Nacional de Acción Nacional, acusa al Presidente Nacional Germán Martínez de haber incurrido en lo que él no tuvo empacho en incurrir, cuando fue presidente del comité estatal.

Lo repito. Cuando los políticos son oposición de otros partidos o disidentes al interior de los suyos, se llaman víctimas, pero cuando están en el poder, se convierten en victimarios de los contrarios o en caníbales de sus compañeros partidistas.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Agosto 21 del 2008. José Luís Elías García.

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