lunes, 11 de agosto de 2008

INFORMACION CONFIDENCIAL.

INFORMACION CONFIDENCIAL.

Un grupo de 35 sultanes que no son de Monterrey ni de los emiratos árabes, reciben doscientos cincuenta mil pesos mensuales, por concepto de pensión, gastos médicos mayores, pago de comidas en restaurantes y el pago de un chofer vitalicio, todo esto a cargo de los contribuyentes mexicanos, de los cuales la inmensa mayoría sobrevive conjuntamente con su familia, en el mejor de los casos con dos mil pesos mensuales.
Es decir, estos 35 depredadores del erario público ganan en un año, una cantidad similar con la que sobreviven ciento setenta y cinco mil personas.
Esta información surgió después de cinco años de haber sido reformado el Artículo 6 Constitucional y de entrar en vigor la Ley Federal de Transparencia; ya que en el 2003 cuando esto sucedió y que se solicitó se diera a conocer el monto de las percepciones de los ministros pensionados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el presidente Mariano Azuela, los ministros Sergio Aguirre Anguiano y Juan Díaz Romero, decidieron ocultar estos datos, argumentando que se trataba de información personal, dado que los ministros jubilados ya no eran funcionarios públicos, ni existía algún vínculo laboral con ellos.
En esos cinco años que han transcurrido desde entonces, el mismo tribunal autorizó para que a estos ministros que percibían una pensión de sesenta y cinco mil pesos, les fuera aumentada a ciento sesenta mil al mes.
Entre estos 35 sultanes ( as) se encuentran algunos que apenas trabajaron como ministros dos años y se hicieron acreedores a esa millonaria pensión, que incluso han recibido posteriormente, cientos de miles de pesos como legisladores como el diputado federal perredista Miguel Ángel García Domínguez.
Están también el ex procurador general de la república Diego Valadéz, quien pretendió ser rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y el ex fiscal especial para el caso Colosio, Miguel Montes.
Así mismo Victoria Adato Green, quien aparte de esta pensión, desde hace años recibe buenos sueldos y prerrogativas en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Desde luego los que autorizaron el aumento de sesenta y cinco mil a ciento sesenta mil pesos, asegurando su futuro económico, Mariano Azuela, Sergio Aguirre Anguiano y Juan Díaz Romero.
Todos ellos cuando fungieron como ministros, no desempeñaron sus cargos con la eficiencia y honradez que justificara sus elevados sueldos, mucho menos lo que hoy reciben como pensión.

En este año, los ministros Juan Silva Meza, Olga Sánchez Cordero y Genaro Góngora Pimentel, decidieron dar a conocer la información relativa a los nombres y a la cantidad que perciben los ex ministros por concepto de pensión, ya que concluyeron que si bien el nombre es un dato personal, en este caso se trata de información con valor público, en tanto que interesa a la sociedad conocer el nombre de las personas que se desempeñaron como ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que reciben recursos del erario.

Aunque sería muy iluso al pensar que sucediera, con esa información que fue liberada, sería muy conveniente que en principio se les hiciera una valoración respecto al desempeño que tuvieron cuando fueron ministros y qué resultados positivos brindaron a quienes pagaron sus elevados sueldos vía impuestos.
Que tanto a Mariano Azuela, a Sergio Aguirre Anguiano y a Juan Díaz Romero, se les llame a cuentas por haber mentido cuando se les solicitó la información en comento, al declarar que con los ex ministros jubilados no existía ningún vínculo laboral.
Que se determine, ¿En base a qué, los ministros que apenas fungieron por dos años reciben esa fabulosa pensión?
¿Por qué, si siguen siendo aptos, física y mentalmente para desempeñar otros cargos en los que ganan muchos billetes, no se les corta el chorro que sangra tanto la economía del país y en perjuicio como lo calculé, de ciento setenta y cinco mil personas?

Estas pensiones privilegiadas de los ex ministros, como las de los ex presidentes, de los ex trabajadores de PEMEX, de la educación, del IMSS, no de los derecho habientes, sino de sus trabajadores, así como las del ISSSTE, etc., son una carga tremenda que desde hace años viene cargando la gran mayoría de los trabajadores en México, que con creces desquitan sus pobres salarios, mientras estos parásitos se dan la gran vida a costa de ellos.

Sería muy bueno saber que piensa Felipe Calderón y que hará respecto a estas pensiones. ¡NADA!

El tiene otras cosas en que pensar: Asegurar su futuro económico, que le retribuya el enorme sacrificio que le esta significando ser presidente de México.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Agosto 11 del 2007. José Luís Elías García

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