domingo, 31 de agosto de 2008

!ILUMINEMOS MEXICO¡

¡ILUMINEMOS MEXICO!

Cientos de miles de mexicanos salieron a las calles en más de veinte ciudades de la república, para reclamar por la implacable violencia que los tiene sometidos a una constante zozobra y al riesgo de perder la vida en las ejecuciones multitudinarias, que día a día y a todas horas realizan los sicarios del crimen organizado, ante la incapacidad, complacencia o selectividad de “la lucha” en su contra, de los tan publicitados como inútiles operativos federales, que presuntamente acabaran con las cucarachas e impedirán que la droga llegue a nuestros hijos.

Sin embargo este ejercicio político de reclamar los derechos ciudadanos, como el exigir a las autoridades de los tres niveles de gobierno, la absoluta garantía de la seguridad pública a su integridad personal y las de sus familias; como los anteriores, de no darle el seguimiento adecuado, el ejercer la presión necesaria para que las autoridades responsables de garantizarla, cumplan con los “acuerdos” resultantes del pasado Consejo Nacional de Seguridad Pública, o en su defecto que renuncien. No tendrán ningún resultado positivo mientras todo quede en eso. Una catarsis nacional que de escape a las tensiones y a la desesperación, no así al dolor de haber perdido de manera violenta a un familiar, sobre todo a un hijo o hija.

Marchas como la que se organizó en noviembre de 1997, cuando el hoy Presidente de la República Felipe Calderón y el defenestrado ex coordinador de los panistas en el senado, Santiago Creel Miranda, marcharon para reclamar al entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León por la inseguridad pública que ya vivía.

Así mismo la que se llevó a cabo en el 2004, también en el Distrito Federal, en la que más de un millón de personas (a la que el hoy “presidente legitimo” Andrés Manuel López Obrador alias “El Peje”, calificó como la marcha de “los pirruris”

Para combatir la inseguridad pública de manera efectiva y contundente, es necesario que desaparezcan del escenario judicial los ministerios públicos incapaces y corruptos que no llevan a cabo las investigaciones de manera eficiente, legal y honesta, que impidan que algunos jueces no menos corruptos se vendan al mejor postor; propiciando que los delincuentes denunciados, muchos de ellos sorprendidos en flagrancia, salgan libres u obtengan su libertad con el pago de fianzas de costo ridículo en la proporción del delito que cometieron.
Que desaparezcan también procuradores y subprocuradores como los de Tabasco, quienes fueron sorprendidos telefónicamente negociando con narcotraficantes, o procuradores como el del estado de Jalisco, quien ha sido denunciado de organizar fiestas en donde se abusa y prostituye a menores de edad, que a pesar de ello, el beato gobernador, apoyado a su vez por el cardenal Juan Sandoval Iñiguez, le sigue protegiendo.
Está por demás decir, que en estas desapariciones, se incluye al presidente de la república y sus secretarios de estado, las policías federales, estatales y municipales, magistrados de los diferentes cortes y tribunales de injusticia, senadores, diputados, tanto federales como estatales, gobernadores y presidentes municipales. “Que renuncien si no cumplen con la responsabilidad, por la que cobran muy buenos billetes”.

Muy posiblemente estaremos mejor solos, rascándonos con nuestras propias uñas.

Estas marchas multitudinarias tampoco tendrán efectividad mientras sean organizadas por personas que tengan objetivos muy diferentes a los que se persiguen con ellas. Personas que por la impetuosidad en sus acciones y discursos en esas marchas, atraen las grabadoras y cámaras fotográficas o televisivas, que posteriormente les acercan a funcionarios de alto nivel, de probada incapacidad y de dudosa honestidad, para luego servirles de apologistas, como es el caso de María Elena Morera, presidenta de México Unido Contra la Delincuencia, quien ha declarado que se “siente cautivada” por la eficiencia y honestidad de Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública Federal.

Por cierto. Quizá por el temor de ser abucheada, María Elena Morera, a pesar de ser una de las cabezas visibles y promotora de la marcha Iluminemos México, al parecer no participó en ella.

Es de llamar la atención, que en la ciudad más violenta del mundo, Ciudad Juárez, solo se hayan encendido poco más de treinta luminarias por sendas personas.
Los organismos no gubernamentales y “las fuerzas vivas de la ciudad”, tan dados (as) al protagonismo y lucimiento ante las luces de los flash y de las cámaras, brillaron por su ausencia.

¿No sintieron ningún compromiso con quienes presumen representar, o, consideraron que no tienen la credibilidad suficiente para convocar a una ciudadanía muy golpeada por la violencia?

Por otro lado, ¿esa misma ciudadanía se siente tan golpeada, tan decepcionada, sin ánimos, con un gran temor o la certeza de la inutilidad de estas marchas, como para participar por motu propio y reclamar por la galopante inseguridad pública?

¿Se darán cuenta que con esa pasividad y esa inacción, contribuyen a que tanto el gobernador del estado y el presidente municipal y los jefes policíacos, tengan elementos suficientes para declarar que en esta ciudad se vive con tranquilidad, que aquí no pasa nada, aunque las estadísticas los desmientan?

Ciudad Juárez, Chihuahua. Agosto 31 del 2008. José Luís Elías García.

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