domingo, 10 de agosto de 2008

¿SERA CIERTO?

¿SERA CIERTO?

El diputado federal emanado del PRD Octavio Martínez, propone reformar la Ley Federal de Radio y Televisión para evitar que bajo el nombre de barras infantiles (caricaturas y dibujos animados), los niños vean programas televisivos cargados de violencia.
¿Tendrá el diputado Martínez la capacidad de convocatoria, el conocimiento pleno del tema como para poder convencer a sus pares, que se animen a frenar a los dos monopolios de la televisión mexicana y estos dejen de ganar cantidades millonarias de pesos con la transmisión de esa porquería de programas; pero sobre todo, para evitar que sus anunciantes los paguen?
Martínez propone agregar en el artículo 59 bis de la Ley Federal de Radio y Televisión que “cuando la programación a que hace referencia este artículo contenga lenguaje agresivo o intimidatorio; actos que causen un daño físico o la muerte, amenazas, connotaciones de tipo sexual, actos de racismo o discriminación, o cualquier contenido nocivo o perturbador para la niñez, no podrá difundirse en los horarios a que se refiere el párrafo anterior.
Si en realidad se pretende proteger a los niños, que enfoque sus baterías contra programas como Los Simpson, Padre de Familia, Malcom el de en medio, en donde se fomenta la violencia intrafamiliar, el incesto, la falta de respeto hacia los mayores. O la Jitomata y La Perejila, en los que se promueve el travestismo. Así como La Escuelita de Jorge Ortiz de Pinedo, que a decir verdad, los maestros que en este programa aparecen personificados, como muchos en la vida real, propician la falta de respeto hacia ellos.
Ante este tipo de programas y comerciales de televisión que los niños ven y seguramente les parecen muy atractivos y divertidos, para evitar las consecuencias de que los vean, los padres, quienes tienen la principal responsabilidad en la educación de ellos, deben hablar con sus hijos y reforzar la práctica de valores en la educación y formación de sus hijos; pero insisto, predicando con el ejemplo.
Padres de familia, les aseguro que no soy un mocho persignado, pero hay tiempo y lugares para ver ese tipo de programas y no precisamente por los niños. En ustedes está el saber cuales son los adecuados para sus hijos, pero sobre todo, que al momento de hacerlo los tengan cerca para que les expliquen el sentido de los mismos o la inconveniencia de que los vean.

Acorde a un estudio realizado por el Observatorio Ciudadano de Derecho a la Información, de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, la violencia que padecen los niños en sus hogares, un entorno socio económico hostil y la permanente difusión de conductas violentas en la televisión propician pensamientos, emociones y conductas antisociales que ejercen en el ámbito escolar, donde descargan su intolerancia, odio, enojo y discriminación. Yo agregaría que antes de hacerlo en la escuela, muchos niños los descargan en sus casas, ya sea en contra de sus hermanos (as) menores o en sus mascotas.
Este estudio señala que en diez horas de programación dirigida a los niños, hay 582 actos violentos, de los cuales 252 corresponden a muertes violentas y se asegura que el horario con más carga de violencia es el de doce a una de la tarde.

Espero que la intensión del diputado perredista Octavio Martínez sea verdadera y no otro acto protagónico como lo acostumbran muchos políticos, más cuando se acercan los procesos electorales.

Debemos ocuparnos de los niños, brindándoles educación con cariño y respeto, para no tener que preocuparnos por los jóvenes y tener que andarnos cuidando de los adultos.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Agosto 10 del 2008. José Luís Elías García.

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