martes, 12 de agosto de 2008

MEXICO INDEPENDIENTE.

MEXICO INDEPENDIENTE.

En un país donde se presumía que el petróleo era su orgullo y fortaleza. Lugar en donde se exigió a sus habitantes prepararse para disfrutar del cuerno de la abundancia. En el que su línea aérea iba para arriba, que su capital era la ciudad más transparente. País que está a un año y días de celebrar cien años de haber consumado su revolución y a doscientos de proclamar su independencia. Además de que en la actualidad es gobernado por manos limpias.

Pues resulta que es un país de a mentiritas. Más bien de Mentirotas.

Porque el petróleo no ha sido ni es orgullo y fortaleza de México, ha sido el cuerno de la abundancia, la olla al final del Arco Iris, de donde se han servido presidentes de la república, desde el que “lo expropió” y auto decretó, ser beneficiario para recibir de por vida y después de, a sus descendientes, de un centavo de dólar por cada barril de crudo que se exportara al extranjero, así como directivos y líderes sindicales de esta empresa paraestatal.

Es de a mentirotas, porque las líneas aéreas que presume le son propias, en lo único que van para arriba es en los elevados precios que cobran por viajar en sus armatostes.

Porque no solo en su capital, sino en las de muchos estados, esa transparencia no existe, ya que aparte de la contaminación, su ambiente está bastante enturbiado por la corrupción de gobernantes, funcionarios, políticos de diferentes colores, así como las autoridades policíacas en sus distintos niveles, quienes presuntamente se han enfrentado en una lucha mortal en contra del crimen organizado para acabar con la violencia, pero curiosamente ésta se ha incrementado desde entonces y pareciera ser que tendremos que acostumbrarnos y aceptar el vivir en este ambiente de constante zozobra.

Que a pesar de haber llevado a cabo una revolución, cuyo objetivo principal era reivindicar a los “más jodidos” que eran explotados por los dictadores apoyados por los caciques y jerarcas católicos en contra de los “indios mugrosos, a quienes se dijo se les iba a repartir la tierra de estos, una vez que la mentada revolución triunfara.

Pero la mentira más grande y que se celebra cada año con gran bombo y platillo y se repite, aunque con modificaciones de acuerdo al capricho del presidente en turno, el grito de independencia que supuestamente emitió el héroe de La Patria.
¿De qué independencia se presume, cuando por esa misma corrupción el gobierno tiene sometido al país y a sus habitantes a la dependencia económica, energética, alimentaria, incluso política del extranjero, muy especialmente de Los Estados Unidos y últimamente de China.

Pruebas de ello hay cientos, pero me referiré a la última.

Tenzin Gyatzo, El Dalai Lama, líder espiritual del Tíbet en el exilio, tiene programado visitar México del 5 al 10 de septiembre próximo.
Resulta que si no les niegan la visa a él y a su comitiva, a pesar de las negociaciones previas que indicaban buena disposición, no habrá reunión entre él y Felipe Calderón.
De igual manera un acto planeado y programado con la Secretaría de Educación Pública en Bellas Artes, por instrucciones de Felipe Calderón, la oficina de Josefina Vázquez Mota dejó de contestar las llamadas para confirmar la celebración de este evento.
Es así, que tanto la Presidencia como el Senado de la República, la Universidad Nacional Autónoma de México, incluso el jefe del Distrito Federal, el indomable Marcelo Ebrard, han rechazado reunirse con Tenzin Gyatzo, contrario a lo sucedido en sus dos anteriores visitas.

Todo esto por la mucha presión que el gobierno de China (que tiene invadido el Tíbet y exiliado al Dalai Lama), ha ejercido sobre ¿el gobierno? De Felipe Calderón, después de que éste realizara una gira por ese país y que posteriormente presumiera que fue todo un éxito comercial y turístico ese viaje.

¡Viva nuestra Independencia!

¡Vivan los héroes que nos dieron Patria y Libertad!

¡Viva nuestro presidente que nos las sigue garantizando!

¡Viva Méeeeexico Cabrones!

Ciudad Juárez, Chihuahua. Agosto 12 del 2008. José Luís Elías García.

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