viernes, 18 de julio de 2008

SI NO SE CUIDAN ELLOS.

SI NO SE CUIDAN ELLOS.

Cerca de las tres de la mañana del este viernes el capitán Javier Alarcón Ruiz, Z5, fue ejecutado por un comando armado en el interior de las instalaciones de la Estación de Policía Cuauhtémoc, ubicada en la calle Ampere y Faraday en el Parque Industrial Antonio J. Bermúdez.
Javier Alarcón era le cuarto en la lista de ejecutables aparecida hace unos meses en El Monumento al Policía Caído.
Ya son varias las ocasiones en que comandos armados ingresan a las estaciones de policía. De La Estación Aldama, hace meses secuestraron a otro policía de quien días después aparecieron las ropas que formaban parte de su uniforme y hasta la fecha no se sabe nada de él. En esta misma estación, el jueves fueron abandonadas dos camionetas que al parecer habían participado en balaceras y en su interior se encontraron envoltorios con droga, se dijo que era heroína.
Resulta inadmisible que estos comandos armados ingresen al interior de las estaciones policíacas con tanta facilidad sin que nadie se pueda dar cuenta. Es una muestra más que evidente del poder y la impunidad con la que estos actúan.
¿Será por esta razón que el Secretario de Seguridad Pública Roberto Orduña Cruz no salga de su bunker (excepto para insultar de manera prepotente y altanera a los reporteros), donde presuntamente sigue elaborando el plan de seguridad pública?, incluso ya no permite el ingreso de los representantes de los medios de comunicación a los cajones de estacionamiento que tenían asignados. ¿Por qué no hace lo mismo con los comandos armados?
Otra más. Durante una explosión de gas, sucedida cerca de la nueve de la noche de hoy, en un negocio de comida ubicado en las calles Simona Barba y Pedro Rosales de León, una policía amenazó a los reporteros con gasearlos si no se retiraban de ahí. ¿Son instrucciones del mayor Orduña Cruz, es tanta su tirria contra los reporteros?
Por otro lado, ayer en un video publicado por una estación televisiva, se observa que a los cadetes de policía, sus instructores les arrojan granadas de gas lacrimógeno después de recorrer cerca de diez kilómetros, que estudiantes deben patear, como si jugaran fútbol para alejarlas de ellos, pero de todas maneras aspiran el gas lacrimógeno.
Según declaraciones de Jaime Torres Valadez, vocero de La Secretaría de Seguridad Pública Municipal, esto forma parte de su entrenamiento, para que se acostumbren a este tipo de gas y sepan como reaccionar. (Lo que deberían hacer es enseñarles es como arrojar esas granadas, para que no resulten dañados con los efectos ellos mismos, como les sucedió a algunos el año pasado, cuando pasó el motín en el CERESO en noviembre pasado).
Sería muy bueno también que tanto al vocero, a los instructores, al director de la academia y al secretario de seguridad pública, se les aventaran de esas mismas granadas, pa’ que sepan lo que se siente.
Pero volviendo al tema. Roberto Orduña Cruz, después de niño ahogado, pretende tapar el pozo. Ya que ha girado instrucciones a los coordinadores de distrito, para que aumenten las medidas de seguridad en las estaciones de policía, para evitar que estos vergonzosos y fatales hechos se sigan suscitando.
¿Acaso no estaba enterado de lo que sucedió hace meses en la Estación Aldama con el policía secuestrado, como para que una de sus primeras acciones como jefe de la policía local, girara esas instrucciones?
En base a esta acción tan retardada, ¿cuánto tardarán los juarénses en conocer su flamante proyecto de seguridad pública?
Algo más todavía menos aceptable. Ha surgido información acerca de que en 1997, cuando tenía veintidós años, Javier Alarcón Ruiz fue detenido como presunto secuestrador de un mecánico, pero salió en libertad, porque el afectado retiró los cargos. Seguramente como producto de amenazas que le hicieron.
Sin embargo el año 2000, a los veintisiete años ingresó a la academia de policía sin que ningún filtro lo detectara como delincuente y llegó a ocupar un cargo con mando dentro de la corporación policiaca municipal. ¿Sería esta la razón de que lo hayan ejecutado, o porque siguió con su carrera como delincuente, pero con placa y patente de corso?
Esta falta de eficiencia y rigidez para realizar los exámenes de admisión para la aceptación de los cadetes de policía en la academia, es una de las principales razones de que padezcamos la calidad de “guardianes del orden” con los que contamos.

En el último de los casos. Haya sido por lo que haya sido que ejecutaron a Javier Alarcón Ruiz en el interior de la Estación de Policía Cuauhtémoc, este hecho demuestra claramente que: “Si Ellos no se cuidan a sí mismos, que pueden esperar los atribulados habitantes de Ciudad Juárez”

Ciudad Juárez, Chihuahua. Julio 18 del 2008.
José Luís Elías García.

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