martes, 29 de julio de 2008

GUANAJUA ¿Qué?

GUANAJUA ¿Qué?

Este fin de semana en una reunión de panistas en el Estado de Guanajuato, parece que a convocatoria del ex mandilón presidencial, Vicente Fox Quesada, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Germán Martínez, lleno de euforia y desgañitándose grito: “Vamos a guanujuatizar a México”

En primer lugar. ¿Qué autoridad, qué calidad moral y política tiene Vicente Fox para que se le haya dado el crédito de convocar a una reunión de esta magnitud?

No obstante que fue absuelto por sus corifeos comprometidos por trabajos y favores recibidos, para una gran mayoría de los mexicanos, cuando menos es un gran defraudador de la confianza que se le otorgó al votar por él en el 2000.
Vicente Fox, quien rompió con todos los esquemas protocolarios, al utilizar emblemas religiosos en su campaña política en el 2000, quien antes de tomar la protesta constitucional como presidente, acudió a la Basílica de Guadalupe a misa. Que antes de referirse a los integrantes del Congreso de La Unión que presidían la sesión de toma de protesta, se dirigió a “sus hijos”. Quien mutiló el Águila del Escudo Nacional, el emblema más representativo de nuestra mexicanidad, incluso que PEMEX, Orgullo y fortaleza de México.
Eso sin contar el enriquecimiento ilícito del que presumió y citó en su rancho para hacerlo, a medios de comunicación nacional e internacional. Las obras carreteras, en las que se invirtieron miles de millones de pesos, pero que al igual que La Autopista del Sol, todo el sistema carretero en México, ha resultado un verdadero fraude por la calidad de su construcción. Que decir de la Mega Biblioteca, etc., etc.

El que de plano está jodido es Germán Martínez. ¿Acaso el ex de la función pública (quien muy convenientemente, y para no enfrentarse con Vicente Fox, en la investigaciones acerca de la honestidad de su gestión, fue impuesto como presidente de Acción Nacional), ya se dejó subyugar por el de las botas exóticas y quiso decir Yunquenizar a México? ¿Acaso pretende que en las próximas elecciones se lleven a cabo las mis prácticas que realizaron en Guanajuato, para obtener los resultados que obtuvieron?

¿Con qué autoridad moral puede motivar a un buen número de auténticos panistas, que al igual que muchos mexicanos piensan lo mismo del arribista de Vicente Fox, de su Martita y de sus delfines?, para que participen en el importante trabajo proselitista que ya se avecina y en todo caso, por más que lo intenten, ¿a quién van a convencer para que vote por sus candidatos?
Creo que finalmente y con todo lo peor que fue Manuel Espino como presidente del PAN, este sujeto lo está superando.

El sábado pasado estuvo en la Ciudad de Chihuahua Beatriz Paredes Rangel, presidiendo la asamblea estatal de su partido y presumiendo que el PRI arrasaría en las elecciones venideras.
De inmediato el presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PAN, Cruz Pérez Cuellar, retomando su anterior protagonismo bélico y en una total muestra de su incongruencia política-social, le reclamó a Beatriz Paredes la “ofensa” que hizo a los chihuahuenses con su declaración-presunción.

¿No se enteraría de la peor y estupida declaración del presidente nacional de su partido, sobre todo de su subordinación al tan nefasto ex presidente, o nada más se vale todo de aquí para allá, pero de allá para acá nada?

Creo que finalmente le voy a dar la razón a la ex vaca sagrada del PAN, Luís H. Álvarez, cuando después de la elección para presidente del Comité Directivo Estatal en Chihuahua, comparándolo con el PRD, lo llamó “cochinero”

Y todo esto mexicanos, los dirigentes de los partidos políticos lo hacen con nuestro dinero y ante la complacencia de la gran mayoría y la complicidad de sus fanáticos seguidores.

Deberíamos tener presente que el único partido por el habría que luchar, incluso dar la vida es el de México, nuestro país, no los que integran esa bola de corruptos mercenarios de la política, que son la causa y razón de los graves problemas políticos-económicos y sociales que padecemos.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Julio 29 del 2008. José Luís Elías García.

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