EL MIEDO NO ANDA EN BURRO.

EL MIEDO NO ANDA EN BURRO.

Hace algunos años tuve una conversación con un Agente de Gobernación Federal, relacionada con el incremento en el tráfico y consumo de drogas en sus diferentes presentaciones y lo peor para el consumo local de niños y adolescentes.

Cuando le pregunté ¿por qué no se actuaba de manera decidida y efectiva en contra de los narcotraficantes en sus diferentes niveles? Me respondió:

“Si eso se intentara, de inmediato la economía nacional se vendría abajo”

Incrédulo insistí: ¿Por qué, antes no era tanta la que se comercializaba en el país, la producción era para exportación y los narcos invertían sus utilidades en sus lugares de influencia. En la agricultura, en el comercio, en bienes raíces, en la construcción, en el transporte, etc.? Fue así como Sinaloa y en especial, Culiacán su capital, tuvo un desarrollo económico sostenido por varios años.

Es más, no se si recuerdes lo supuestamente declarado por Rafael Caro Quintero quien se dice aseguró que si le dejaba “trabajar” con toda libertad, el pagaba la deuda de miles de millones de dólares del país. Es decir, ofreció paz social y con un crecimiento sustentable.

“Pero eso fue cuando los políticos tranzaban con los narcos y de alguna manera estaban en posibilidad de controlarlos y exigirles que llevaran las cosas en paz y si tenían algún problema que arreglar, que lo hicieran en las goteras de la ciudad y que además como los gatos, le echaran tierrita a su caquita”. Me respondió.

Yo recuerdo que en ese tiempo vivía en mi natal Culiacán. Los padrinos, que así se les llamaba, tenían y ejercían un control y poder absoluto sobre sus secuaces, que en tenían un código de honor que respetaban y hacían respetar a quien o quienes lo violaban.

Muchos de estos irrespetuosos o que “jugaban cubano” a quienes les confiaban droga para que se alivianaran, muy discretamente eran eliminados, e incluso el que lo había ordenado, enviaba arreglos florales o coronas en su nombre o acudía personalmente a dar el pésame a los deudos y se dice que en algunos casos, indemnizaban a la esposa e hijos con la pertinente aclaración de que lo sucedido, había sido solo cuestión de negocios. Nada Personal. Los familiares aceptaban resignados los designios del Señor.


Incluso al primogénito del fallecido, se le daba la oportunidad de incursionar en ese lucrativo negocio con la condición de que se olvidara de cualquier tipo de represalias.

El problema surgió cuando los políticos y autoridades policíacas le entraron al negocio, vendiendo una sola plaza a dos o más grupos, o se convirtieron en narco empresarios y entraron en competencia con los narcos-narcos, surgiendo posteriormente las fricciones por la “competencia desleal” y como consecuencia las ejecuciones con el afán de eliminar públicamente a sus competidores, causando el terror para inhibir a quien pretendiera imitarlos. Pero a quien han realmente aterrorizado es a la ciudadanía, ocasionando en estos hechos víctimas fatales, que nada tenían que ver con ellos. Su única culpa, como lo dijo un clarividente delegado de PGR. Haber estado en el lugar y a la hora equivocada.

Un buen número de estos corruptos políticos y policías en sus diferentes niveles, incluso militares, para no “descubrirse” (hay que recordar que el dinero y lo pendejo es inocultable), depositaron sus ganancias en el extranjero en lugar de invertirlas aquí, desquiciando la floreciente economía de muchas ciudades en México.

Ante esta situación y en aras de recuperarla, los políticos hicieron otro tipo de compromisos. Pero esta vez con los narcotraficantes de tercera generación, con tecnología de punta y globalizados, quienes sabedores de su poder impusieron condiciones que fueron aceptadas por los primeros, a cambio de llegar al poder político y por ende económico.

Hay muchos ejemplos de estos “personajes” que antes de llegar al poder político, vivían en modestas casas clase medieras y hoy habitan en ostentosas residencias, se transportan en vehículos de lujo, que para nada justifican que los hayan adquirido con su salarios oficiales, por muy elevados que hayan sido o sean.

Por lo que el actual gobierno federal (el de las manos limpias), los estatales y municipales Cuando menos en Chihuahua y Ciudad Juárez, en su desesperación por haber sido plenamente rebasados y para ocultar la evasión de sus responsabilidades, causa directa de las múltiples y violentas ejecuciones en la vía pública, que se han llevado a cabo entre los diferentes grupos delictivos, solicitaron la presencia del Ejército Mexicano y de las diferentes corporaciones policíacas federales.




Razón por la cual, en distintos e inusitados hechos, en ciertas calles de algunas colonias han sido encontrados cerca de doscientos kilos de marihuana en los últimos días. Estos hechos se han prestado a una serie de especulaciones, tales como:

Que la presencia de los elementos federales que tienen sitiada la ciudad, a los narco menudistas (ni tanto, por las cantidades), les ha ocasionado un terrible pánico, porque de manera sorprendente se han desprendido del producto de sus esfuerzos y sus ahorros, por tal de no ser encarcelados por delitos del fuero federal.

De igual manera se rumora que el cártel con el que se tienen acuerdos a nivel federal (para ser el único que opere en México, con la finalidad de que controle todo el mercado, al igual que a sus secuaces, para que así los elevados índices de criminalidad se reduzcan), es quien está dejando en las calles esta marihuana, “motivando” a sus contrarios para que hagan lo mismo y se alineen.

Esto último de resultar cierto, ciertamente no sería un desperdicio, sino una inversión muy redituable, dado que de lograr su objetivo al tener el control absoluto de la plaza de Ciudad Juárez la recuperarán con creces.

Por lo que a los simples mortales, no nos queda más que seguir como espectadores, deseando con toda el alma no ser detenidos en uno de esos retenes federales o caer abatidos por las balas perdidas en las ejecuciones, que a pesar de todo este despliegue militar y policíaco se siguen suscitando.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Abril 12 del 2008.

José Luís Elías García
El Hombre de La Mancha.