viernes, 16 de noviembre de 2007

LIDERAZGO Y LIDERES.

LIDERAZGO Y LÍDERES.

En 1999, hijo Carlos Alberto (qepd), me regaló un póster en donde aparecen cuatro ciclistas en un velódromo y en la parte inferior tiene una leyenda que dice:

“El líder marca el paso y abre camino, pero es el equipo el que triunfa”

Con honrosas excepciones la gran mayoría de los líderes han surgido circunstancialmente y generalmente carecen de los esenciales valores éticos, morales y sociales, por lo tanto resulta imposible que satisfagan las necesidades y aspiraciones de sus seguidores, a quienes tarde o temprano los decepciona.

Son corruptos, están a la disposición del mejor postor. Cobardes, dado que en algunas de las acciones, cuando implican un riesgo, siempre dicen “vamos a hacer esto”, pero se quedan cautamente a la retaguardia. No marcan el paso ni abren camino.

En una ocasión uno de esos líderes, después de que realicé una acción no violenta, pero si decidida, me dijo: “Elías, fue muy arriesgado eso que hiciste. Yo siempre que voy a enfrentarme a una situación grave, le pido a mi prudencia que me mantenga tres pasos atrás de mi violencia”

De inmediato le respondí: “Discúlpame, mi prudencia como consejera, no se encuentra al término de mi columna vertebral”

Yo no me considero un líder. Las acciones que he realizado, siempre las he hecho solo, no me gusta borreguear y más, porque en ocasiones anteriores, quienes decían estar dispuestos a todo, en la primera oportunidad se echaron para atrás, dejándome solo.

A mi se me descompuso la reversa desde hace años y no la he reparado. Muchos me llaman suicida, intrépido, etc. Lo que pasa, es que un vez que me convenzo de la necesidad de hacer algo para resolver los problemas propios y de los demás, actúo en consecuencia. Estoy seguro de que todo lo que queremos y a lo que aspiramos tiene un costo. El problema es que muy pocos estamos dispuestos a pagarlo. Queremos que se resuelvan solos o nos los resuelvan los demás.

Tal vez les parezca una contradicción de mi parte. Pero muchos líderes pretenden ser todológos, no tienen la disposición ni la capacidad para delegar funciones, temen que les quiten los reflectores.

Un líder debe estar preparado para ejercer como tal. Sería excelente, pero no necesita saberlo todo. Solo requiere de un poco de inteligencia para acercarse personas capaces y confiables, merecedoras de su respeto.

El líder para ganarse y ejercer su autoridad. Debe hacerlo con moralidad. Tener la humildad de reconocer sus desaciertos. Jamás humillar a sus colaboradores, llamándoles la atención en público. Si es honesto y cabal, propiciará que con agrado y respeto le ayuden a cumplir su misión.

Todas sus acciones deben estar encaminadas a lograr el bien común, no aprovechar su liderazgo para obtener beneficios estrictamente personales.

En México existen muchos líderes, pero desgraciadamente muy pocos reúnen estos perfiles, por lo que resulta difícil que sus acciones redunden en beneficio de sus seguidores y en beneficio de nuestro país.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Noviembre 16 del 2007.


José Luís Elías García.
El Hombre de La Mancha.

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