martes, 13 de noviembre de 2007

EL DINERO DE CIUDAD JUAREZ.

EL DINERO DE CIUDAD JUAREZ, CHHUAHUA.

En julio de 1992 (seis años después del “Fraude Patriótico”, en el Estado de Chihuahua, con el que se dijo que Fernando Baeza Meléndez le arrebató la elección para gobernador del estado a Francisco Barrio Terrazas y a cuatro años de la “caída del sistema”, maquinada por el entonces Secretario de Gobernación Manuel Bartlet Díaz, en la que se dijo también que Carlos Salinas de Gortari le arrebató a Cuauhtémoc Cárdenas la presidencia de la república). Finalmente Francisco Barrio llega a gobernador del Estado de Chihuahua.

Pancho Barrio, como se le llamaba durante esa campaña, estaba considerado como un líder carismático, bravucón, decía lo que una gran mayoría de los chihuahuenses, especialmente los de Ciudad Juárez queríamos oír.

Desde 1988, los panistas teníamos prohibido llamar presidente a Carlos Salinas de Gortari y Pancho Barrio despotricaba en contra de él. Lo más aceptado de sus discursos, era cuando se refería a que si la federación (Carlos Salinas) no le entregaba a Chihuahua los recursos, que como el mayor generador de impuestos le correspondían, iba a convocar a una huelga de pagos de esos impuestos.

Esa bravura, esa valentía para enfrentarse al gobierno federal, enardecía a sus seguidores. “Por fin el estado, va a tener un gobernador que haga respetar su soberanía” decían y aplaudían a rabiar.

Pero ¡OH decepción! El tarde noche de la elección, cuando aún no se computarizaba el total de las casillas, sorpresivamente Carlos Salinas de Gortari, reconoció el triunfo de Pancho Barrio.

Debido a esto, a Pancho se le acabó la bravura, lo valiente y prácticamente se empinó con Carlos Salinas, dejando de lado sus promesas de campaña, decepcionando a una gran mayoría de sus seguidores. Por esta razón y muchas más, en el 2006, cuando quiso ser candidato a la presidencia de la república, lo ignoraron por completo y tuvo que retirarse de la contienda.

En 1994 escribí la readaptación de la obra de José Zorrilla que titulé: Don Juancho Barrio Tenorio. En la escena de la narración de hechos (refiriéndome a la entrevista que durante su campaña, acompañado por Luís H. Álvarez, tuvo con Carlos Salinas en la ciudad de México). Don Juancho Barrio Tenorio, en la taberna de Butarelli, inicia la suya, diciendo:

“Como sabéis desde aquí, hace un año que partí a entrevista con Salinas, pues la apuesta para mí, no era cosa de pamplinas. Llegando yo con Don Luís, le dije sin ningún temor. Quiero ser gobernador. Mi presencia le impactó, pero ya un poco calmado, sonriendo me preguntó. ¿Serías mi subordinado? Tras bambalinas el coro grita: ¡Y seguro que aceptó!

Es decir, se frustro la esperanza de que Ciudad Juárez recibiera lo que en justicia y en base a las aportaciones que hace a la federación, merece.

Esto lo traigo a colación, porque aparece en las noticias que el gobierno federal se niega a construir un CEFERESO en nuestra ciudad, además a contribuir para el sostenimiento de los reclusos del fuero federal, que son mantenidos por los juarenses.

Por otro lado, Los senadores entre los que se encuentra Ramón Galindo Noriega, ofrecieron analizar el problema del mantenimiento de los reclusorios por parte de las autoridades municipales.

Ya tienen más de un año en el cargo. Y Ramón Galindo, que fue presidente de Ciudad Juárez, conoce perfectamente el problema, los riesgos y el elevado costo que el CERESO representa para los juarenses. ¿En ese tiempo no ha sido posible realizar ese análisis y encontrar la solución?

Ó, ¿dónde esta la “magnífica” elocuencia que utiliza cuando es candidato, que no ha podido convencer a sus pares y a los diputados para que aborden el problema y le den pronta solución?

Esta reticencia para solucionar los problemas del CERESO local y de los “reos federales”, ¿se deberá al secreto a voces, de que ese penal es un gran negocio y que al solucionar los problemas que nos ocasiona, se acabaría?

¿Cómo es posible, de acuerdo a las declaraciones de anoche del diputado Víctor Valencia de los Santos, que se hayan autorizado ochenta millones de pesos para construir los pasos elevados para que el cruce del ferrocarril no obstruya el tránsito en los principales cruceros de la ciudad?

Vuelvo a preguntar: ¿No es obligación de Ferromex el pagar los costos que esas obras representen, por qué hemos de pagarlos los juarenses?

¿Por qué esos ochenta millones de pesos no se destinan a solucionar los problemas de los juarenses, no los de esa empresa privada?

¿Dónde esta la eterna baladronada de las cámaras empresariales, cuando amenazan que si los problemas de Ciudad Juárez que le corresponde resolver al gobierno federal no los resuelve, dejarán de pagar impuestos? Son puro jarabe de pico.

Y con esto no quiero decir que debamos enfrentarnos al gobierno federal. Solo exigir con todo el derecho que tenemos, que cada quien resuelva los problemas que le corresponden. El Gobierno Federal, el Gobierno Estatal y el Gobierno Municipal.

E insisto. Que Ciudad Juárez reciba lo que en justicia le corresponde.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Noviembre 13 del 2007.


José Luís Elías García
El Hombre de La Mancha.

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