domingo, 14 de septiembre de 2008

BALACERAS EN NOGALES, SONORA.

BALACERAS EN NOGALES, SONORA.

En los últimos cuatro años he viajado no menos de veinte veces a Nogales, Sonora, la última fue en el mes de julio, estuve tres días ahí.

Aunque en todos partes se cuecen habas, la presencia de los miembros del narcotráfico en esa ciudad fronteriza, era más o menos discreta, realizaban sus negocios ilícitos sin resultados violentos visibles, no aparecían encobijados, no se llevaban a cabo ejecuciones, etc.

Hasta hace poco más de tres meses, en la penúltima vez que estuve ahí, estaba sentado, fumando un cigarro y “tomando el fresco” en la banqueta de la casa a donde llego. Eran las doce de la noche y fue muy placentero ver a un grupo de niños y niñas jugando en la calle (era tiempo de vacaciones escolares, algo difícil de ver hoy en Ciudad Juárez). Tres hijos del vecino de esa casa; de ocho a doce años de edad, regresaban a ella después de vender en cubetas de plástico, unos panes muy ricos que su padre hornea.

En esos días se suscitó una balacera en la que murieron unos sicarios y civiles inocentes como siempre resultaron heridos.

Este fin de semana fui informado que el viernes y sábado pasados se dieron cuando menos cuatro balaceras más, resultando dos sicarios muertos, dos civiles heridos y se dice que hubo nueve detenidos. La esposa de un amigo que transitaba por el lugar, estuvo a punto de resultar herida. Se acabó la tranquilidad en Nogales, Sonora. También le llegó la violencia.

Por otro lado. Aquí en Ciudad Juárez la semana pasada al dueño del balneario Las Anitas, un grupo armado que penetró en el interior de ese lugar y en un intento de ejecutarlo (logró esconderse y salvar la vida), asesinaron a tres de sus guardaespaldas. Ya estando en El Paso, Texas, lugar a donde fue a refugiarse, esta persona declaró que unos minutos antes de que sucedieran esos hechos, un elemento de la Dirección de Tránsito (de acuerdo al registro de posibles clientes, al parecer se llama David Torres), llegó presuntamente a pedir un presupuesto para contratar el servicio para un evento, que al salir de la oficina se dirigió al dueño y sus guardaespaldas, preguntándole que si el era el señor Lázaro Flores, que le habían dicho que era muy amable y que posiblemente le hiciera un descuento y se retiró. Unos minutos después, entraron al estacionamiento de ese lugar dos patrullas de la policía municipal y sin más se salieron. Posteriormente llegaron los sicarios e hicieron lo narrado renglones antes. Lázaro Flores y así lo declaró, que tanto el tránsito como los policías acudieron a su negocio para conocerlo y ubicarlo y ponérselo a los sicarios.

Lo curioso del caso, es que los elementos policíacos que llegaron, unos a acordonar el área, otros a levantar las evidencias y otros a “vigilar”, por si regresaban los asesinos, no se sabe quien de estos elementos (todos los niegan), después de observar los videos de las cámaras ahí instaladas, borraron toda evidencia de los hechos.

Como si fuera poco, este fin de semana grupos policíacos municipales, estatales y federales, incluidos militares, llevaron a cabo un cateo en el centro de “diversión” Drive Inn Las Fuentes (propiedad de la familia de un diputado federal de apellido Fuentes), en donde como ya se está haciendo costumbre, con lujo de prepotencia, violencia y mucha espectacularidad, realizaron “sus acciones preventivas para disminuir la violencia”.

Algunos de los clientes aseguraron que fueron vejados, golpeados, robados en sus pertenencias: dinero, teléfonos celulares, estereos y dv’s de sus vehículos, incluso dañándolos al forzar sus puertas y romper los cristales.

Esto no es privativo de Ciudad Juárez. Desde hace unas semanas que están publicando reportajes en la página de Internet de la Revista Índigo Medía, en las que aparecen los secuestradores del menor Fernando Martí, hijo de un empresario de artículos deportivos. Entre ellos una mujer, Lorena González Hernández, de quien se dice fue la que instaló un retén en el que fue secuestrado el jovencito, y que según documentos exhibidos por esa revista (Declaración de bienes patrimoniales al finiquitar su salida de la AFI y la que hizo al ingresar a la PF en fecha reciente, así como recibos de nómina a su nombre, que comprueba que es elemento en activo de la Policía Federal con sueldo de setenta mil pesos, como responsable de combatir los secuestros.

Sin embargo, después de ser detenida por la policía judicial capitalina (Genaro García Luna secretario de esa dependencia, declaró que había sido detenida por policías de la dependencia a su cargo y entregada a la capitalina), el subsecretario de García Luna, Facundo Rosas Rosas, declaró a los medios de comunicación que esta mujer policía-secuestradora no trabajaba en la PF, que había trabajado en la AFI y que había solicitado entrar a la primera, que su solicitud estaba en trámite.

Poco tiempo después, el mismo Genaro García Luna apareció desmintiendo a Facundo Rosas, aceptando que si trabaja en la PF, “pero que no trabaja” A estos dos sujetos se les hizo bolas el engrudo por completo y no hayan como salir de sus evidentes mentiras.

Mientras tanto el presidente de las manos limpias sigue sosteniéndolos en sus cargos, al igual que a Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación Federal, no obstante que se le han sacado más de cien contratos que su empresa familiar ha obtenido de Petróleos Mexicanos y firmados por él.

¿Esta es la forma de atender los reclamos de los cientos de miles de ciudadanos que marcharon hace unos días en diferentes ciudades del país, en contra de la violencia y de responder a los setenta y cuatro compromisos que firmaron el y sus funcionarios para solucionar los problemas de la cruel e inclemente inseguridad pública que tantas muertes ha ocasionado?

¿O tenemos que esperar a que se cumplan los fatídicos cien días que se les dio de plazo para que renuncien por ineptos y corruptos?

Están calentando mucho el horno, tanto que se van a quemar ellos mismos. Los mexicanos no van a seguir soportando a este tipo de guardianes del orden, corruptos y asesinos para que los protejan.
Ciudad Juárez, Chihuahua. Septiembre 14 del 2008. José Luís Elías García

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