lunes, 29 de diciembre de 2008

PANDILLAS DEL INFIERNO.

PANDILLAS DEL INFIERNO.

Acabo de ver esta película americana que da cuenta que la ciudad de Gary en el Condado de Lake en el estado Indiana en los Estados Unidos, ha sido considerada en los últimos años como la ciudad más violenta en Norteamérica. Con una población de cerca de 350 mil habitantes, a raíz de que una gran acería que daba trabajo a miles de sus habitantes cerró sus puertas, la población se redujo a poco más de 150 mil.

Independientemente del desempleo masivo, entre otras consecuencias, el cierre de esta fábrica de acero, ocasionó el pandillerismo, la delincuencia y la violencia extrema, ya que cientos de estos vagos mal vivientes, drogadictos, extorsionadores y asesinos, divididos en tres gangas, que prácticamente tenían sometidas a las autoridades policíacas, se adueñaron y controlaron la ciudad asesinando a muchos de sus habitantes que se resistían a sus reclamos económicos.

Aunque estas tres pandillas cohabitaban entre sí, respetándose sus territorios, la que sobresalía y predominaba era la de los rebeldes, quienes asesinaron a un joven negro que prometía mucho como basketbolista, quien en un juego les ganó a un grupo de estos pandillero trescientos dólares, que muy molestos, en venganza por ello, lo acribillaron cuando se encontraba en una caseta telefónica.

El dueño de una tienda que fue testigo de los hechos, valientemente denunció el número de placas del vehículo en el que huyeron los asesinos, quienes al enterarse acudieron a su local para golpearlo e intentar asesinarlo por soplón, pero solo lograron herirlo de un balazo en un hombro.

El joven basketbolista y el tendero balaceado, eran, uno hijo y el otro padre de dos de los fundadores de la pandilla de los rebeldes, quienes se habían regenerado y vivían fuera de Gary, Indiana y regresaron para los funerales. Al darse cuenta de la forma tan violenta como sus sucesores venían actuando, decidieron unirse con otros tres ex integrantes y convocaron a los habitantes del lugar para hacerles frente.

Después de varios enfrentamientos mortales, finalmente eliminaron a los líderes y al resto, bajo amenaza de hacer lo mismo con ellos y con los integrantes de las otras dos pandillas, lograron un poco de paz en la ciudad.

Cualquier parecido con la realidad que se vive actualmente en Ciudad Juárez, es mera coincidencia.

Aunque pareciera que esta es una película de ciencia-ficción, esta nos muestra dos lecturas. La primera: “que para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo” La segunda y más importante, que sólo unida la ciudadanía, puede resolver sus problemas sin importar la magnitud de los mismos.

He insistido en varias ocasiones, que los problemas que padecemos, han sido ocasionados por nosotros como seres humanos y que nosotros tenemos la solución. ¿Qué hace falta para ello? Unos pantalones y unas faldas bien fajados, con un grueso cinturón de decisión y honestidad.

Es muy posible que en nuestra ciudad y en todo el país haya sujetos que fueron pandilleros que se hayan regenerado, que bien pudieran y quisieran hacer algo para solucionar los graves problemas que ocasionaron y que han derivado en esta cruel violencia que hoy se padece; pero que quizá no cuentan con alicientes, motivaciones u orientación para ello. De ser así, les convoco para que hagan algo en bien propio, de sus familias y de los lugares donde viven, para que retorne un poco de la paz social que antes se disfrutaba.

Pero de no ser así, convoco a la ciudadanía en general para que nos unamos, nos armemos de valor, asumamos los riesgos que esto implicaría y actuemos en consecuencia, en contra de estos desgraciados que nos tienen sometidos a vivir en constante zozobra.

Sólo así, lograremos restaurar la seguridad pública que merecemos y pagamos, porque esperar que lo hagan las autoridades a quienes les compete hacerlo, con el grado de corrupción en el que están inmersos, es como pedirle peras al olmo.

¡Mexicanos, ustedes tienen la palabra!

Ciudad Juárez, Chihuahua. Diciembre 20 del 2008. José Luís Elías García.

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