viernes, 31 de octubre de 2008

FEMINICIOS. NUEVA EDICION

FEMINICIDIOS. NUEVA EDICION.

Con la llegada a Ciudad Juárez de José Francisco Granados de la Paz, juarense que cumple una sentencia de 37 meses en una prisión estadounidense y que en un hecho inédito, fue extraditado temporalmente para que viniera a declarar en relación a los crímenes que se han cometido en contra de mujeres, jovencitas y niñas (especialmente aquellas cuyos cuerpos fueron encontrados en el “campo algodonero”), se abre una nueva edición en cuanto a los “nuevos culpables” de los feminicidios juarénses.

Granados de la Paz, desde el 2006 está purgando una condena de 37 meses, en la prisión de Harrisburg, Pensilvania, por cruzar ilegalmente a los Estados Unidos. Ese año, ante un oficial de los Rangers de Texas, declaró y confesó haber participado en varios crímenes de mujeres en Ciudad Juárez, e inculpó de estos hechos a Edgar Álvarez Cruz (quien actualmente está purgando en el Cereso local, una condena de 26 años), y a Alejandro Delgado Valles alias “El Cala”, quien fue exonerado de estos hechos.

Cabe aclarar que por propia confesión, José Francisco (quien en ese tiempo contaba con 18 años), declara que era un drogadicto que siempre andaba bien píldoro, que se dijo fue rehabilitado en prisión después de ser sometido a una serie de exámenes médicos, sicológicos entre otros. Al declarar el día de ayer en el Juzgado Segundo de lo Penal, en varias ocasiones argumentó su falta de memoria, al parecer como secuela de sus adicciones. Por cierto, hace gala de una memoria muy selectiva.

Ya que al preguntarle en relación a su participación en el asesinato de María Juliana Reyes, cuyo cuerpo apareció con otros siete más en el campo algodonero en noviembre del 2001. Dijo: “Ellos (Edgar y el Cala) dijeron que yo la maté en casa de mi madre, lo cual no se en realidad, quisiera saber, pero creo que si la maté”

La Fiscalía Especial para la Investigación de Homicidios de Mujeres solicitó le mostraran diez fotografías de mujeres, Granados de la Paz comentó en relación a ocho de ellas:

“No estoy seguro, pero parece que es la que filereé en casa del Edgar, cuando la boda del Chemín…. A ella la tiramos desnuda en Lomas de Poleo…. Ella fue la que se robó unos kilos de mariguana, la tiramos en el canal del campo algodonero…. A ella la tiramos en el canal, por la Ejército…. Se parece a la que tiramos atrás de la escuela del Instituto Mexicano-Norteamericano…. No se si en el Lote Bravo o el canal, pero se me hace familiar también”

Pero fue muy contundente al acusar al Edgar y al “Cala”, diciendo que el primero, era el que planeaba y ejecutaba los crímenes y quien les clavaba un cuchillo en el corazón, como parte de un rito satánico, para después, él y ellos tirar los cuerpos. Añadió con lujo de detalles y agregó que en el patio de la casa de Edgar hay cuerpos enterrados, cuando menos uno.

Todo parece muy convincente, pudiera decirse que es el resultado de investigaciones técnico-científicas-policíacas. Pero la historia de la Procuraduría General de Justicia del Estado, de los procuradores y subprocuradores, no es nada confiable, cuando menos en los quince años pasados. Por lo que considero que para consolidarlas, y para que no haya dudas como en el pasado, habría que tomar en consideración algunas situaciones y hechos que ya han sucedido. De las diferentes “líneas de investigación” que han presumido tener e investigar, en ninguno de los casos han sido concluidas, mucho menos contundentes, y es por ello que han fabricado chivos expiatorios, bien como resultado de la presión ciudadana, para cubrir su ineficacia como investigadores y procuradores de justicia, o por encubrimiento del, o los verdaderos delincuentes; como lo han declarado quienes dijeron haber sido sometidos a tortura para que aceptaran ser culpables de crímenes de mujeres.

Regresando con José Francisco Granados de la Paz, Edgar Álvarez Cruz y Alejandro Delgado Valles, “El Cala”, ahora presuntos culpables de los asesinatos de cuando menos ocho mujeres.

Aunque en ocasiones anteriores ya se ha traído a colación el móvil del satanismo en los crímenes de mujeres, Granados de la Paz lo menciona como la razón, de los que presuntamente cometieron, él, Edgar Álvarez Cruz y Alejandro Delgado Valles.

Sin embargo en su declaración no menciona quien de los tres es el sacerdote de la secta satánica. Aunque acusa directamente a Edgar Álvarez de ser el ejecutor, quien les clavaba un cuchillo en el corazón a las damas asesinadas. No habla de la ceremonia que se dice, se celebra previa a estos actos. Independientemente de que se requiere de cierta logística criminal, recursos materiales y económicos para llevarlos a cabo. Por lo que cuando mucho (sin excluirles de su presunta autoría material), solo pudiera considerárseles como simples monaguillos, ya que estos tres supuestos asesinos, no evidencian contar con recursos, como para adquirir un congelador de buen tamaño.

Ya que según informaciones que surgieron poco después de que los ocho cuerpos aparecieron, se dijo que algunos de ellos, habían permanecido algún tiempo congelados y no recuerdo que en los resultados de sus necropsias, se haya mencionado el hecho de que hayan sido victimadas con un cuchillo en el corazón.

Al culpar a Edgar Álvarez Cruz y a Alejandro Delgado Valles, José Francisco Granados de la Paz, ¿estará encubriendo al “bueno” que no pueden detener? ¿Será cierto lo que declaró una dama que estuvo presente afuera del juzgado, que a cambio de esta declaración, Granados de la Paz recibirá una casa y una camioneta en el estado de Nayarit?

Definitivamente. Con la mejor de las intenciones, deseo que al fin se encontraran a los verdaderos responsables de tantos crímenes, no solo los cometidos en contra de mujeres, sino los de los miles de hombres que han resultado víctimas de la delincuencia organizada. En principio porque yo perdí a mi único hijo varón al ser asesinado en el 2001, y porque conozco personalmente a algunas de las madres de las damitas que fueron victimadas y se de su constante sufrimiento por la gran herida que no acaba de sanar.

Pero mi natural suspicacia, me obliga a pensar que en las circunstancias actuales, y como distractivo por la imparable y cruel violencia que se padece en Ciudad Juárez, y prácticamente en todo el estado de Chihuahua, no está de más un poco de pan y circo, máxime cuando están tan cerca las elecciones del 2009.

Cabe mencionar que estas “nuevas líneas de investigación”, surgieron a raíz de los buenos oficios del embajador norteamericano en México Tony Garza, que incluso tomaron de sorpresa a la procuradora del estado Patricia González.

Tony “Extras” Garza no la baila sin huarache. ¿Qué pretende con esa inédita extradición temporal, que permitió que José Francisco viniera a Ciudad Juárez? Ya que desde que el embajador americano informó en una conferencia de prensa, acerca de lo declarado en prisión por José Francisco Granados de la Paz, ha habido tiempo suficiente para que éste, se aprendiera (aunque con algunas deficiencias e inconsistencias, posiblemente por su estado “grogui”), el libreto que pudo habérsele proporcionado para su gran debut en nuestra ciudad.

Por lo que, para que este caso sea resuelto con todas las de la ley, y verdaderamente se pueda confiar en la justicia chihuahuense, es necesario que la Procuraduría General de Justicia, lleve a cabo las investigaciones “de manera objetiva, profesional y científica, donde toda evidencia sea preservada, analizada e interpretada por especialistas y que la tortura para obtener declaraciones de culpabilidad, verdaderamente sea cosa del pasado”, según lo declarara Patricia González Rodríguez, en el acto de reinauguración de las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia de la Zona Norte en septiembre pasado.

De otra manera, tanto la ley, la justicia y la procuradora de Chihuahua Patricia González, seguirán estando en entredicho y lo que resulta aún peor, las madres y familiares de las víctimas seguirán siendo objeto de la burla y la manipulación de su gran dolor.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Octubre 31 del 2008. José Luís Elías García.

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