domingo, 16 de noviembre de 2008

RESCOLDOS DEL AVIONAZO.

RESCOLDOS DEL AVIONAZO.

Diez días después de que se estrellara en el cruce de Paseo de la Reforma y Ferrocarril de Cuernavaca, en el Distrito Federal, el Lear Jet 45 en el que perecieron Juan Camilo Mouriño, ex Secretario de Gobernación, José Luís Santiago Vasconcelos, ex titular de la SIEDO, siete funcionarios federales que viajaban con ellos y al parecer cinco personas más que se encontraban en el lugar donde se impactó la aeronave; diez días después, en que sin contar con elementos precisos, desde el primer momento no han dejado de fluir declaraciones, especialmente del Secretario de Comunicaciones y Transportes, Luís Téllez, asegurando que fue solo un trágico accidente. Mismas que por la ligereza y contundencia con que fueron hechas, y la total falta de credibilidad y confianza en las autoridades de todos los niveles, en este caso, especialmente las federales, provocaron que surgieran todo tipo de especulaciones.

La investigación de las cajas negras del Lear Jet 45, que fueron enviadas al extranjero para su revisión y así poder determinar “las verdaderas causas” de esa fatal tragedia, fue dada a conocer el viernes pasado y el resultado de ellas, tal y como lo mencioné en artículo anterior (no soy ningún técnico especialista en la materia, ni nada que se le aparezca), “el chirrión se rompió por lo más delgado”. Con videos y una serie de explicaciones técnicas dadas por especialistas, las causas se atribuyen a culpas humanas, a la impericia de los pilotos. Aún más, a que el despachador que hizo el plan de vuelo en San Luís Potosí, “introdujo datos erróneos a la computadora y “la tira de vuelo” identificó al avión de la Secretaría de Gobernación, como un Lear Jet modelo 25, cuando era un Lear Jet 45.

Dada mi natural suspicacia y desconfianza en las acciones y actuaciones de los gobiernos en México (que bien se las han ganado), pero al no contar con elementos para desmentir lo dicho por las autoridades avaladas por los especialistas, no me queda otra que otorgarles el beneficio de la duda.

Sin embargo no puedo evitar el señalar, que se permita que personas como el piloto y copiloto del Lear Jet 45, el despachador de vuelos en San Luís Potosí y los controladores de vuelos del aeropuerto capitalino, que prácticamente por minutos u horas, tienen en sus manos las vidas de cientos de personas que hacen uso de aeronaves privadas y comerciales, ocupen cargos de tanta responsabilidad, que, según esas declaraciones “oficiales”, manifiestan una evidente falta de capacidad para desempeñarlos.

De los controladores de vuelos del aeropuerto de la ciudad de México, se dice que a los pilotos de los jets que iban adelante y atrás del, en el que viajaban los funcionarios federales, les fue indicado que redujeran su velocidad, indicación que no le fue hecha a los pilotos del Lear Jet 45. Estos “errores u omisiones, del despachador de vuelos de San Luís Potosí y la del controlador de vuelos del Distrito Federal, bien pudieran interpretarse como que fueron premeditadas. Independientemente de que el hecho de haber enviado las “cajas negras” al extranjero para investigar y conocer sus contenidos, denota claramente que ni el mismo Felipe Calderón confía en los investigadores nacionales, si es que existen.

No hay que olvidar su reacción al enterarse de la demoledora noticia, la muerte de su mejor amigo y colaborador, Juan Camilo Mouriño. Felipe Calderón, en su primera declaración dijo: que su gobierno, en coordinación con las instancias competentes “realizará todas las investigaciones necesarias a fin de averiguar a fondo las causas que originaron esta tragedia”. “Su muerte me causa un enorme pesar, pero al mismo tiempo es para mí un motivo poderoso para pelear sin descanso y ahora más que nunca por los ideales que compartimos”.

Es muy comprensible que por ese momento tan doloroso para él, le haya permitido expresarse como lo hizo. Pero no hubiera despertado las suspicacias y especulaciones que surgieron a raíz de que en lugar de accidente haya dicho tragedia y que en lugar de luchar por ideales compartidos con Juan Camilo, haya dicho pelear.

Felipe Calderón Hinojosa, debe ser acopio de todo su estoicismo, para que no obstante su gran pesar, no olvide que él es el responsable y principal piloto que conduce la gran nave, México. Que en asuntos tan escabrosos como los sucedidos y los que muy posiblemente sucederán (de ninguna manera deseables), no debe delegar funciones en copilotos, ni en despachadores, ni en controladores de vuelos, mucho menos en sobrecargos que han evidenciado su incapacidad para esos puestos.

Además, de que acorde a los resultados de esas primeras investigaciones, inevitablemente recae una gran responsabilidad en los funcionarios o autoridades que contrataron a estos pilotos, despachadores y controladores de vuelos, por lo que debieran fincárselas, por su negligencia, o su actitud de dejar pasar las cosas, posiblemente por recomendaciones, amiguismos u otros intereses de peor calificativo.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Noviembre 16 del 2008. José Luís Elías García.

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