domingo, 16 de noviembre de 2008

¡HAY QUE REPARTIR!

¡HAY QUE REPARTIR LOS BIENES!

El primer jerarca católico en México, Norberto Rivera Carrera, durante la homilía en la Catedral Metropolitana este domingo, sostuvo que los bienes deben ponerse en crecimiento y repartición no para el lucro personal, sino para un reparto equitativo de la plusvalía del esfuerzo común.

Advirtió que en México muchas veces se comete el error de pensar solo en la creación de la riqueza y no en la justicia social, por lo que al preocuparse solo por eso, se puede incurrir en injusticias serias.

“Todo hay que ponerlo a crecimiento y reparto, son dos responsabilidades inseparables. No cometamos el error que se está cometiendo en México, en donde muchas veces solamente se piensa en la creación de riqueza y no se piensa en una justicia social”, subrayó.

No dejan de sorprenderme las palabras y conceptos contenidos en esta homilía, emitidos por Norberto Rivera Carrera, sobre todo, porque muy pocos mexicanos ignoran que la iglesia católica es poseedora de grandes riquezas en el país, producto de las aportaciones que muchos católicos ricos hacen a ella. Así como la gran mayoría de sus feligreses, que aunque muy pobres, son los que más contribuyen, ya que siempre tienen para las limosnas dominicales, aunque dejen de satisfacer sus carencias personales y familiares. Aparte de contribuir con los diezmos anuales, que mediante intensivas campañas publicitarias, que transmitidas por la televisión y otros medios de comunicación masiva se les invita a otorgar. Eso sin contar las narco-limosnas que reciben, que incluso el obispo de Aguascalientes considera, según declaraciones propias, que al llegar al cepo de limosnas, se bendicen.

Tan rica es, que incluso se permite el lujo de enviar millones de pesos al Vaticano, para engrosar sus arcas sagradas.

Se me hace muy significativo el hecho de que se refiera en tercera persona al decir: “no cometamos el error que se está cometiendo en México” ¿Acaso el, como máxima autoridad católica y sus subalternos en el País, no incurren en ese mismo error? ¿No hacen un lucro personal con los bienes económicos y materiales que reciben mediante esas aportaciones, diezmos y limosnas? ¿Acaso hacen un reparto equitativo de las plusvalías del esfuerzo común que les generan enormes riquezas por sus buenos oficios? ¿De qué manera contribuyen o practican algún tipo de justicia social en beneficio de quienes menos tienen y tanto necesitan.

No cabe duda que Norberto Rivera Carrera, con sus declaraciones denota su gran visión, al alcanzar a ver la paja en el ojo ajeno, pero resulta muy ciego para ver la viga en el propio.

Que con sus lujos ropajes, sus joyas, su vida, sus ricos manjares y vinos que consume, y los disfruta como todo un sibarita, lo ubican a millones de años luz del concepto de Las Sandalias del Pescador, de Aquel que se dice vivió en constante humildad, con un gran espíritu de servicio, amor y caridad para con sus semejantes. Que incluso dio su vida para redimirlos como pecadores.

Aquel que fue piedra angular para que surgiera la iglesia que hoy representa y con la que se lucra en base a la ignorancia y fanatismo de muchos de sus creyentes.

Respeto la libertad de creencia, yo soy un creyente, pero de ninguna manera acepto la explotación religiosa, mucho menos la hipocresía y la incongruencia con la que actúan algunos representantes católicos.

Señor Rivera Carrera. Dicen por ahí, que las palabras alientan, pero el ejemplo arrastra. Sería muy conveniente y benefico para sus feligreses, que fuera congruente entre su decir y hacer. Sólo así, tendría toda la autoridad moral para hacer los señalamientos que hizo en su homilía dominical.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Noviembre 16 del 2008. José Luís Elías García.

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