viernes, 1 de febrero de 2008

UNO Y MEDIO POR DIA.

UNO Y MEDIO POR DÍA.

La violencia en Ciudad Juárez ha roto su propio record de criminalidad. El mes de enero resultó el más violento, cuarenta y cinco ejecuciones con promedio de un asesinato y medio por día y cero detenciones de los asesinos.

Todo esto mientras las autoridades responsables de la prevención de delitos, de procurar y aplicar la justicia en el estado y en esta ciudad brillan por su ausencia.

En tanto que el gobierno federal, invirtiendo millones de pesos que son nuestros, en publicitar acciones y resultados de los operativos conjuntos que llevan a cabo las diferentes corporaciones policíacas y que en la realidad resultan una falsedad, los habitantes de Ciudad Juárez, como los del país entero, pagamos las consecuencias de sus incapacidades, ineficiencias, corrupciones y complicidad con la delincuencia organizada.

En el periodo de Vicente Fox, en un acto de completo relumbrón, se llevó a cabo un evento en el que presuntamente se celebraron acuerdos de coordinación entre las autoridades policíacas de los tres niveles de gobierno, en el que se contó con la presencia de funcionarios de primer nivel federal, estatal y municipal, que tuvo el mismo resultado que La Carabina de Ambrosio.

De ese evento lo más que se pudo obtener fue la presencia de numerosos elementos de la federal preventiva, que con armas de alto poder en brazos, en los cruceros de calles, especialmente donde se ubican tiendas de conveniencia: Bip, Bip y Superette Del Río, que nos indicaban que nuestros impuestos estaban siendo utilizados para vigilarlas. Aunque dichos elementos que no hablaban no se movían, más parecían bolos de boliche descompuesto.

Incluso se dieron un sin número de crímenes y ejecuciones en su presencia o cercanos a ellos y para nada reaccionaban, Como fue el caso de la balacera que se suscitó frente a las instalaciones de La PGR, en donde resultaron víctimas mortales una señora que viajaba acompañada de su hija menor y venía de regreso de El Paso, Texas, y un parquero que se encontraba cerca.

Ante estos hechos, elementos de La PGR cómodamente hicieron mutis, encerrándose en las instalaciones y después su vocero de comunicación social declaró que el helicóptero estaba frío y por ello no pudieron seguir a los asesinos.

Aún más, el delegado en el estado de esa corporación en ese tiempo, en un alarde de extrema sabiduría, declaró a los medios de comunicación que las víctimas resultaron tales, por encontrarse en el lugar y la hora equivocada y que los asesinos actuaron así, porque ignoraban que ahí se ubicaban las oficinas de esa dependencia. “Juar, Juar, Juar”

Pero regresando a la peligrosa situación de inseguridad pública que permanentemente padecemos los habitantes de esta ciudad. Por ninguna parte se percibe una acción efectiva y determinante que cuando menos impida que esta incontenible violencia siga avanzando, porque pedir que se reduzca o elimine, con las autoridades policíacas que tenemos, resulta prácticamente imposible.

El Secretario de Seguridad Pública Municipal Guillermo Prieto Quintana, a tres meses de haber asumido el cargo por cuarta ocasión, no ha dicho esta boca es mía para presentar un plan, proyecto o programa tendiente a mejorar la seguridad pública en la ciudad y la de sus habitantes.

Algo que Prieto Quintana debió haber hecho al inicio de su cuarta gestión y con el conocimiento que tenía (acorde al secreto a voces que desde hace años se rumora, acerca de las actuaciones de la llamada “Mafia de los Capitanes”, de quienes se ha dicho que son los que realmente y durante varias administraciones tienen y han tenido el control de la corporación, pero sometidos y al servicio de la delincuencia organizada), fue el haber llevado a cabo una investigación exhaustiva de los expedientes de todos y cada uno de los miembros de la corporación a su cargo, tanto en su desempeño dentro de la misma, como en el ámbito personal, familiar y en lo económico, porque algunos de ellos poseen propiedades y vehículos que están muy lejos de adquirir con sus ingresos legales, y realizar la limpieza correspondiente de todos aquellos que tengan la más mínima cola que les pisen.

Porque de otra manera, todos los cadetes que pasen por la Academia de Policía Municipal, una vez que ingresan a las filas policíacas, estarán expuestos a ser corrompidos por algunos de sus superiores corruptos y de nada servirá la inversión que se haga en su capacitación.

Un ejemplo reciente es el de el ex policía municipal de nombre Alfredo Ramírez, quien tenía pocos meses de haber ingresado a esa corporación en la administración pasada, cuando fue detenido en El Paso, Texas con un cargamento de droga y hoy se encuentra preso en una cárcel estadounidense.

De igual manera los requisitos que los prospectos a cadetes para el ingreso a la academia de policía deben satisfacer tienen que ser más estrictos. Que cumplan con los perfiles que se requieren para ser un buen guardián de la seguridad pública y que durante su estancia en ella, se les refuerce en el conocimiento pleno de los valores y principios y por supuesto, que sus instructores y futuros superiores los prediquen con el ejemplo.

Indudablemente son más los buenos policías municipales que los malos, pero los pocos malos están hasta el pescuezo en su relación con el crimen organizado y de ahí que sea un verdadero problema el conseguir que la inseguridad pública disminuya, más aún que desaparezca y las pruebas están en lo acontecido en las últimas semanas; que algunos de ellos han sido ejecutados.

¿Acaso Guillermo Prieto Quintana ignoraba o ignora lo anteriormente expuesto y es la razón por la que no ha actuado en consecuencia?

¿O no quiere meterse en problemas o arriesgar su vida por “nada”, como me lo dijo personalmente Jorge Ôstos Castillo, cuando lo cuestioné en este sentido y ocupaba el mismo cargo en la administración de Gustavo Elizondo Aguilar, o es un valor entendido?

Ciudad Juárez, Chihuahua. 1º. De febrero del 2008.

José Luís Elías García.
El Hombre de La Mancha.

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