miércoles, 30 de enero de 2008

¿DONDE ESTA EL PRESIDENTE?

¿EN DONDE ESTA EL PRESIDENTE?

Ciudad Juárez, “La Frontera más Fabulosa y Bella del Mundo”, se encuentra sumida en una evidente ingobernabilidad y como consecuencia en un caos de violencia incontrolada. Levantones, ejecuciones de primeros mandos policíacos, tanto municipales como estatales y ni que decir de civiles que se dice relacionados con ella. Y lo peor es que en estos hechos resultan víctimas fatales ciudadanos inocentes, cuya única culpa sería la falta de exigencia hacía las autoridades municipales, estatales y federales para que cumplan con su prioritaria obligación: El proporcionar a la ciudadanía la seguridad en sus vidas y sus bienes legalmente tutelados. Derecho inalienable, a cambio de los impuestos que se le obliga a pagar.

Aunque en los últimos años a muchos juarénses, y debido a lo cotidiano de estos crímenes se han acostumbrado, incluso insensibilizado, a grado tal que estos hechos delictivos ya no les sorprenden y sólo adoptan la actitud de “Sálvese el que pueda”.

Parece ser que el factor que detonó esta aún más violenta situación, fue la detención en El Paso, Tx., por presunto narcotraficante de Saúlo Reyes Gamboa, director operativo de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal al final de la administración de Héctor Murguía Lardizábal “El Teto”. Y tal como sucede cuando hay un decomiso de drogas o la detención de un sujeto como este, las autoridades en estos casos muy enteradas, vaticinan más ejecuciones como resultado de ello y se ha podido comprobar con las últimas ejecuciones de jefes policíacos municipales y el intento de asesinato del Comandante de la Ministerial del Estado Fernando Lozano Sandoval.

La Administración Municipal de Ciudad Juárez, que se dice preside José Reyes Ferríz, a pocos días de haber iniciado su gestión, obtuvo el resultado del error cometido en el nombramiento de algunos de sus funcionarios y colaboradores. Como fue el de El Profesor Raúl Grajeda y el inefable Anastasio Gallegos, como director y jefe de custodios del CeReSo local.

Nombramientos que a todas luces denotaban el cumplimiento de compromisos adquiridos en su campaña política, no obstante que estos dos sujetos en las múltiples ocasiones que ocuparon estos cargos, demostraron su incapacidad para ocupar esos cargos y fueron señalados como corruptos y cómplices en la introducción de drogas, armas, licores y motines.

Ese ¿error?, provocó que los integrantes de las pandillas que controlan ese reclusorio se amotinaran, ocasionando muertes de reclusos e intoxicaciones de algunos de los familiares de ellos que estaban de visita. Incluso de algunos policías que supuestamente iban a controlarlos, quienes evidenciaron su falta de preparación y capacitación para atender estas situaciones riesgosas.

Otro nombramiento que no fue bien recibido, es el de Guillermo Prieto Quintana, Secretario de Seguridad Pública, quien con sus cuatro veces al frente de la corporación, no ha dado ningún resultado positivo en la prevención contra de la delincuencia y con declaraciones a los medios de comunicación, pretende justificar su ineficiencia. Eso sí, su escolta y medio de transporte han sido reforzados. El si tiene derecho a la seguridad que no proporciona.

Con la experiencia que debió haber adquirido en ese cargo, en los diferentes tiempos y administraciones que ha fungido como tal, debiera ser un jefe policiaco de excelencia, con un control absoluto sobre sus subordinados, quienes junto con él tienen la obligación y el compromiso ineludible de brindar a la ciudadanía la seguridad, la tranquilidad para que podamos vivir en paz, sin la constante zozobra de pensar que saldremos de casa a cumplir con nuestras obligaciones laborales, de estudio y disfrutar del sano esparcimiento al que tenemos derecho, y regresar sanos y salvos, sin estar expuestos tanto los padres como sus hijos, de ser víctimas de la violencia que muchos de éllos propician con sus acciones corruptas y su complicidad con la delincuencia organizada, que en un alarde de su poderío la semana pasada en el Monumento al Policía, se dieron el lujo de colocar una lista de elementos de esa corporación y uno de vialidad, quienes presuntamente serán ejecutados.

Esto pone de manifiesto que las negociaciones que anteriormente se llevaban a cabo en lo oscurito y que de cierta manera mantenía un relativo control sobre los delincuentes ahora no existen y éstos (los delincuentes), consideran que ya pagaron mucho, por lo tanto ahora son dueños de la situación en la ciudad y bien pueden deshacerse de quienes lograron corromper y por lo tanto son ejecutables, como se comentó en relación con esta lista.

Ante todos estos hechos delictivos, la presencia de José Reyes Ferríz, Presidente Municipal de Ciudad Juárez no se percibe por ningún lado. Incluso algunos de sus más cercanos colaboradores no saben quien realmente manda en este municipio, pero si saben quien cobra y mucho por ser funcionario municipal como ellos.

Señor Presidente José Reyes Ferríz. Todo lo bueno o malo que hagamos, aunque parezca que nunca ha de llegar el día, más temprano que tarde lo cobramos o lo pagamos.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Enero 30 del 2008

José Luís Elías García. El Hombre de La Mancha.

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