sábado, 4 de abril de 2009

EL NEGRO DURAZO DE FELIPE CALDERON.

A pesar de que el tiempo pase, de que otro partido gobierne el país, de las promesas de cambio, de la muy presumida honestidad, a pesar de que el presidente actual pregone a los cuatro vientos sus manos limpias en su forma de gobernar, hay muchos elementos que lo desmienten, que demuestran que todo sigue igual. Es más, el grado de corrupción ha aumentado en los últimos dos sexenios de gobierno panista.

Una muestra muy evidente de ello, es el elevado nivel de predominio de la delincuencia organizada y común, que prácticamente tienen en su puño y en constante zozobra a los mexicanos, por la crueldad e impunidad con la que actúan.

Esto no habría sido posible, sin el concurso y la complicidad de muchos de los jefes y subordinados, integrantes de las autoridades policíacas de los tres niveles de gobierno, quienes desde hace muchos años se alejaron de sus responsabilidades, el garantizar la seguridad de la ciudadanía.

Claro que en esto no han estado ajenos los presidentes de la república, gobernadores de los estados, presidentes municipales y toda la caterva de políticos de los diferentes partidos que han llegado a tener poder, como senadores, diputados federales y estatales, procuradores de justicia federales, estatales, magistrados y jueces de los diferentes tribunales.

La referencia obligada es la del ex habitante de La Colina del Perro en su sexenio presidencial 1976-1982, de quien se dijo que en su juventud fue amigo intimo de un malandro, Arturo Durazo Moreno, alias “El Negro Durazo”, a quien nombró jefe de la policía del Distrito Federal y ante la complacencia de los integrantes de las fuerzas armadas lo hizo general, cuando creo que ni el servicio militar hizo; denigrando por completo al Heroico Ejercito Mexicano. Incluso una universidad lo nombró Doctor Honoris Causa. Aunque algunos militares ya se habían enredado, creo que esta deshonra, provocó que le entraran con más decisión a la corrupción y complicidad con los delincuentes.

El Negro Durazo, con su segundo de a bordo, Francisco Sahagún Vaca (su apellido original, primo de la emperatriz Martota) y sus comandantes, participaron en una serie de delitos, como la matanza de unos narcotraficantes colombianos en el Río Tula. Aparte de pedir a los agentes capitalino, centenarios como polla, con los cuales El Negro Durazo se construyó un réplica de El Partenón de Fidias.

Tal parece que la historia se repite con El Negro Durazo de Felipe Calderón, Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública Federal, quien no obstante los múltiples señalamientos y denuncias de que ha sido objeto, como el de ser cómplice de delincuentes que han participado en extorsiones, secuestros, asesinatos y últimamente en enriquecimiento ilícito (al parecer con bastante sustento, especialmente por la escritora y periodista Anabel Hernández, de Índigo Brainmedia, revista digital que dirige el reconocido periodista regiomontano Ramón Alberto Garza), Felipe Calderón lo sigue sosteniendo en el cargo.

Hay una gran diferencia entre el Arturo Durazo de hace cinco sexenios y medio y el actual. El anterior era un pelafustán, un delincuente de barriada que gozó de fuero presidencial.

El de hoy, de ser cierto lo que de el se dice y escribe, podría catalogarse como delincuente de cuello blanco. Así como a los narcos de nueva generación se les llama narco juniors, por la diferencia en el actuar, el vestirse y el saber moverse en círculos sociales exclusivos, a este se le podría poli junior, tiene preparación, reconocida capacidad histriónica, escénica y manipulador, cuando menos con el presidente de la república.

¿Qué habrá cometido o en qué habrá incurrido Felipe Calderón, una vez que empezó a probar las mieles del poder, como cuando fue director de Banobras o secretario de energía, de lo que Genaro García Luna esté enterado y que por esa razón lo tenga sujeto del vello púbico y que por esa razón los sostenga en el puesto contra viento y marea?

O ¿Será quien está recogiendo “la polla” para el fondo de retiro del presidente de la república y su familia y por es indispensable mantenerlo ahí y como parte de su comisión esté construyendo una obra de su propiedad, de cerca de veinte millones de pesos, que de ninguna manera justifica legalmente?

Son algunas preguntas que no tienen respuesta.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Marzo 30 del 2009. José Luís Elías García.

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