viernes, 6 de febrero de 2009

ENCARGUE LOS PINOS POR SEIS AÑOS.

ENCARGUE LOS PINOS POR SEIS AÑOS.

En días pasados, en reunión celebrada con presidentes municipales panistas, Vicente Fox Quesada, les aconsejaba encargar sus presidencias municipales, para que hicieran campaña a favor de los candidatos panistas en este 2009, tal como dice, lo hizo él, en su sexenio de desgobierno.

No cabe duda que este estúpido y corrupto ex presidente de México, goza de toda la impunidad para hacer y decir todo lo que a su raquítico cerebro se le ocurra. ¿Será por haber ayudado a Felipe Calderón para que se coludiera con la no menos corrupta Elba Esther Gordillo y sus secuaces del PANAL para que llegara a Los Pinos?

Es un gran pena política, que el único panista auténtico que contendió por la presidencia del país en el 2006, Felipe Calderón Hinojosa, que se suponía iba a corregir el desastroso rumbo marcado por “el baboso de las botas”, esté dando esos resultados a los mexicanos que confiaron en él. ¿Qué hubiera sido de llegar un Santiago Creel Miranda, un Francisco Barrio Terrazas o un Caballo Negro, como le dicen al ex gobernador de Jalisco, que se han servido del partido y del poder en su propio beneficio, no a favor de quienes dicen gobernar o representar?

Muchos mexicanos están pensando en su equivocación de no haber apoyado más a Andrés Manuel López Obrador, cuando menos con él, ya se sabía a que le tirarían.

Todas las expectativas que Felipe despertó, que hicieron soñar en un México mejor, se han ido anulando por su falta de un verdadero compromiso social con sus gobernados y por ser todo un pelele en manos de políticos, que sin hacerla mucho de tos, lo tienen totalmente controlado.

Sus promesas de bajar los costos de los combustibles y energéticos, de ser el presidente del empleo, eliminar el pago de la anticonstitucional tenencia, el apoyo para el campo y los millones de árboles que se dijo se iban a sembrar, lo han dejado como un completo mentiroso, vergüenza para su partido y para los mexicanos.

Cuando menos, “el baboso de las botas” y su secuaz Manuel Espino, respetaron la democracia del PAN, permitiendo las elecciones internas. A Felipe Calderón y Germán Martínez, producto de su inseguridad política como presidentes, les ha ganado la desesperación y el primero, como los presidentes priístas del país, al viejo estilo, en lugar de gobernar como debe, retoma el “fiel de la balanza”, designando e imponiendo candidatos por dedazo, poniendo en entre dicho sus principios partidarios y valiéndole madre el daño que ocasionará a México con sus decisiones, mientras que el segundo, dice ignorar las babosadas que Vicente Fox le dijo a los presidentes municipales panistas. Pero con Felipe impone el dedazo como candidato a Fernando Elizondo Barragán, en Nuevo León, para vergüenza de su padre, quien en tiempos de Echeverría dio una lección de dignidad y valor cívico.

Si con los priístas ya estábamos hasta el gorro. ¿Con esta clase de políticos persignados y corruptos hasta dónde habremos de llegar?

Por otro lado, la excelsa presidente del PRI, Beatriz Paredes Rangel, como evidente muestra de que ningún partido tiene porque respetar las reglas del juego político interno, hace lo propio en Nuevo León, al imponer a Rodrigo Medina, el entenado político de Natividad González Paras, por presiones de éste, como candidato gobernador.

Finalmente, la tremenda estupidez de la sobrevaloración de la importación de vehículos extranjeros, contraviniendo los acuerdos del Tratado de Libre de Comercio que entro en vigencia a principio de este año, que por su elevado costo no ha sido posible llevar a cabo el programa, sino solo en dos vehículos, no obstante las inversiones que hizo el municipio de Ciudad Juárez, pero si le están dando jugada a José Reyes Ferríz para presentar amparos de los propietarios de estos carros chuecos en contra del gobierno federal, que obviamente contribuirán a obtener mayor número de votos priístas.

¡Lastima de investidura y de autoridad desperdiciada!

Ciudad Juárez, Chihuahua. Febrero 06 del 2009. José Luís Elías García.

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