miércoles, 12 de noviembre de 2008

LAS VERSIONES OFICIALES DE LOS ACCIDENTES O, ¿ASESINATOS POLITICOS?

LAS VERSIONES OFICIALES DE LOS ACCIDENTES O, ¿ASESINATOS POLITICOS?

En un artículo emitido por la Enciclopedia Libre Universal en Español, la palabra Política se define como: el Poder de conducir, la ciencia de organizar y el arte de prever. Entendiéndose el Poder, como la capacidad de incidir de forma efectiva sobre el destino de un conjunto de seres humanos. Como Ciencia, la orientación a investigar y a establecer las condiciones que un conjunto de seres humanos necesita para lograr su máximo nivel de desarrollo. Desde un punto de vista de planificación estratégica, la política es el Arte de adelantarse a los acontecimientos, previendo la posible adecuación de las estructuras del conjunto humano a las condiciones y a los desafíos que presentará el futuro.

Señala que debe quedar muy claro que en Política, el enemigo es siempre el enemigo público. Es decir, aquel que tiene una actitud hostil hacia la comunidad; aquel que está dispuesto a iniciar hostilidades en contra de toda la comunidad.

Por desgracia, los “políticos y gobernantes” en el mundo, muy especialmente, la gran mayoría de los políticos mexicanos, sin distingo de colores partidistas, con sus acciones y en sus objetivos, han estado muy alejados de los conceptos relacionados en el primer párrafo. Prácticamente, muchos de ellos se han convertido en enemigos públicos en contra de la gran mayoría de la comunidad mexicana. Tan es así, que han llegado a realizar, ordenar y a encubrir asesinatos, de contrarios y correligionarios. Algunos de los cuales pudieran llamarse Crímenes de Estado, de Lesa Humanidad.

Solo han establecido su poder para incidir de forma efectiva, han investigado y establecido las condiciones para lograr su máximo nivel de enriquecimiento personal y grupal. Sus actuaciones han sido excelentes en el arte de la simulación, su histrionismo les ha llevado a llorar y arrodillarse públicamente, para pedir perdón y ofrecer condolencias a quienes han sumido en la desgracia.

Esto viene a colación, por la reciente tragedia aérea en la que perdiera la vida el muy joven secretario de gobernación Juan Camilo Mouriño, el ex titular de la SIEDO, José Luís Santiago Vasconcelos, así como otros funcionarios federales que le acompañaban, además de las personas que murieron en el lugar en que cayó el Lear jet que se estrelló en Paseo de la Reforma y Ferrocarril de Cuernavaca en el Distrito Federal, que necesariamente tiene sumidos en la total desolación a sus familiares y amigos.

Hasta hoy, no han sido definidas las razones de este fatal accidente y las versiones oficiales, por lo inverosímiles, han dado pie a una serie de especulaciones, provocando que la ciudadanía en general, tienda a creer que fue provocado, como muchos otros en los que han resultado víctimas personajes de la política.

Como los casos en que perecieron personajes como el presidente re electo Álvaro Obregón, quien presuntamente fue asesinado por un fanático religioso, León Toral, inducido por la Madre Conchita, pero que posteriormente se supo que Obregón fue asesinado con armas de diferente calibre. ¿Quiénes más participaron, aparte de León Toral?

El “accidente” aéreo en que perdiera la vida el entonces líder del PRI, Carlos Alberto Madrazo Pintado. La “equivocación” que provocó el asesinato de el Cardenal Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco. El asesinato de Luís Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, en la ciudad de Tijuana, Baja California.

El percance automovilístico acaecido en tierras sinaloenses que provocó la muerte de el ingeniero Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, ex candidato a la Presidencia de la República en 1988, quien viajaba acompañado por el diputado del Congreso del Estado de Sinaloa, Javier Calvo Manrique. En este caso, la versión oficial fue “un accidente”, avalada en ese tiempo por “las ardillas” Luís H. Álvarez, en ese tiempo presidente nacional del PAN y por Diego Fernández de Cevallos.

Aunque yo tuve noticias no confirmadas, de que la Familia Clouthier Carrillo había ordenado una investigación a una firma norteamericana, nunca me enteré del resultado de ella. Pero resulta que según lo descrito en un editorial titulado “Silencio de Estado”, firmado por José Antonio Crespo, aparecido en el periódico sinaloense El Debate, dicha investigación concluyó que para nada había sido accidente. Lo que no se sabe, es si este no accidente, fue abonado a la cuenta de Carlos Salinas de Gortari.

Más recientemente. “El accidente” del helicóptero en el que pereciera el entonces titular de Seguridad Pública Federal en tiempos de Vicente Fox, Martín Huerta, no obstante haber sido declarado oficialmente como accidente, sospechosamente el expediente de ese hecho, se encripta por doce años. En ese tiempo, ¿Vicente Fox considera estar muerto, de manera que no le afecte el que se conozca la verdad de cómo murió, su más cercano colaborador?

No cabe duda que de acuerdo al título del editorial de José Antonio Crespo. El silencio de estado, daña aún más la credibilidad y la confianza de la ciudadanía en sus ¿autoridades?

Ciudad Juárez, Chihuahua. Noviembre 12 del 2008. José Luís Elías García.

No hay comentarios: