lunes, 28 de junio de 2010

DE NUEVA CUENTA.

DE NUEVA CUENTA.

Tal y como sucedió cuando el inflado equipo Indios de Ciudad Juárez, propiedad del ex conductor deportivo de televisión (hoy empresario multimillonario de la construcción Paco Ibarra), subió a la primera división y poco tiempo después, en el año 2010, bajó de nueva cuenta a la segunda división.

El día de hoy, después de la derrota 3 a 1 de la Selección Mexicana ante la selección de Argentina, los fanáticos de todo el país se sienten completamente decepcionados, y profundamente heridos en sus sentimientos nacionalistas.

En el caso del equipo Indios, de las variadas expectativas que se despertaron con su arribo a la primera división, como las deportivas y las sociales, las únicas que se satisficieron, fueron las económicas, reflejadas en los bolsillos del empresario juarense del fútbol, y de los medios de comunicación que transmitieron los juegos y por supuesto de las empresa cervecera que vendieron bastante caras sus marcas, durante la celebración de los mismos (cincuenta pesos la botella de un litro de cerveza).

En principio porque una vez terminado el torneo, los jugadores que sobresalieron, fueron vendidos por Paco Ibarra al mejor postor, de tal manera que al iniciar el siguiente, el equipo jugó con el escrap con el que se quedó, provocando que bajara al segunda división.

En el caso de la Selección Mexicana, el manipuleo mediático del patrioterismo desmañanado publicitado por el director técnico Javier “El Vasco” Aguirre quedo evidenciado, ya que los mexicanos quedaron como “el gallo enano”, que en querer y no alcanzar, se la han pasado todos y cada cuatro años. Por lo que seguiremos aferrados al eslogan del “si se puede”, ya que “el si se pudo”, no pudo ni podrá ser, mientras se le siga dando prioridad al mercantilismo deportivo y mediático.

Cuando los Indios de Ciudad Juárez subieron a la primera división, todo era locura entre los fanáticos juarénses, quienes a pesar de y sin importarles mucho que la delincuencia organizada ya estaba generando alarmante violencia, no dejaban de festejar esta “victoria”

Las inútiles autoridades que no han sabido, no han podido, o por sus compromisos de campaña, no han querido cumplir con su responsabilidad de brindar seguridad a sus gobernados, agarrándose de un chorro de agua, se aprovecharon para declarar, tanto José Reyes Baeza como José Reyes Ferríz, que con la llegada a la primera división del equipo juarense, la violencia se vería disminuida.

Seguramente estos ilusos pensaron que los delincuentes iban a dejar de robar, extorsionar y ejecutar gente, para asistir al estadio Benito Juárez o sentarse tranquilamente frente a un televisor para ver un partido de fútbol de “los Indios”.

Que decepción deben haber sufrido, pues las ejecuciones aumentaron y aumentarán más, ahora con la derrota del equipo de fútbol mexicano.

Es más, como parte de este manipuleo circuló en Internet, un correo titulado “Portadas del lunes”, en donde se ve a un sujeto vestido con la playera de Argentina, inclinado, al parecer llorando y la leyenda: “no llores por mi Argentina”. La razón es porque Giovanni, “el chicharote” y el “Cuau”, le ganaron tres goles a cero al equipo de Néstor Kirchner

Pero la triste realidad fue que los que si aparecieron llorando frente a las cámaras de televisión en Sudáfrica fueron los histriones del fútbol mexicanos, ya que “el pibe cocodrilo”, hizo que “el patriota vasco Aguirre” se metiera en salva sea la parte sus promocionales balines del México del si se pudo.

Que los seleccionados se comieran los sándwiches que hicieron en lugar de goles y que Felipe Calderón, con su visita a Sudáfrica, resultara, como ya se había pronosticado, un ave de mal agüero para “los comprometidos patriotas futbolistas mexicanos”

Pero que importa, estas costosas vedettes, quienes tienen muy grabado el eslogan de las Olimpiadas del 68: Lo importante no es ganar, sino competir, si ganarán muchos cientos de miles dólares, después de haberse exhibido en la vitrina de lujo de la Copa del Mundial, ya que serán contratados por equipos internacionales, en donde si demostrarán “a chaleco” sus habilidades. Ahí si tienen que desquitar lo que comen.

Estos mercachifles del deporte, se atienen al aguante masoquista de la fanaticada mexicana, ya que después de llorar un poco “tan grave desgracia”, motivados por los disculpas, lamentos y lloriqueos hipócritas, tanto de los técnicos como de los sacrificados (quienes habiéndose aprendido muy bien el libreto, aseguran haber hecho “su mejor esfuerzo”), echándole la culpa al árbitro de su derrota.

No hay problema, porque sus fanáticos, pasados unos días de lamerse las heridas y aliviar el dolor, por no haber podido ir al Ángel a celebrar, estarán en espera de que inicie el siguiente torneo para apoyarlos, asistiendo a los estadios, comprando sus productos promocionales (playeras, shorts, camisetas, balones, etc.), enriqueciendo a un más a los dueños de los equipos, a los de las televisoras y aunque en menor medida a los jugadores.

En este último partido México-Argentina, al final del mismo, los comentaristas deportivos de televisión, resaltaron que el segundo, no obstante no haber jugado como acostumbra, le metió tres goles al equipo mexicano.

¿Cuántos goles le habría metido si hubieran jugado bien?

Esto es un suceso que se ha repetido cada cuatro años, en el que cada vez se han dilapidado millones de dólares por participar en la Copa Mundial. Exclusivamente para hacer el ridículo internacional, como si las necesidades primarias de los mexicanos estuvieran satisfechas, o si la economía del país fuera boyante.

¡Pero eso es lo de menos! Para que olviden el dolor de este nuevo fracaso del gobierno fallido, no faltará un nuevo impuesto que inventar, que sea aplicado a los fanáticos y no fanáticos del fútbol, para recuperar ese millonario gasto en Sudáfrica, y no poner en riesgo el futuro económico de “la familia presidencial”

Ciudad Juárez, Chihuahua. Junio 27 del 2010. José Luis Elías García.

No hay comentarios: